24 dic 2007

Una serie de catastróficos absurdos de Matt Groening

'The Simpsons Movie'
('Los Simpson: la película')



AÑO: 2007
DURACIÓN: 87 min.
DIRECTOR: David Silverman
GUIÓN: James L. Brooks, Matt Groening, Al Jean, Ian Maxtone-Graham, George Meyer, David Mirkin, Mike Reiss, Mike Scully, Matt Selman, Jon Vitti, John Swartzwelder
BANDA SONORA: Hans Zimmer
MONTAJE: John Carnochan




No es un episodio alargado. La verdad por delante. Todos nos temíamos que así fuese, pero por suerte no ha sucedido. Matt Groening, James L. Brooks y compañía no han sucumbido a la tentación de escribir el guión de un episodio y alargarlo todo lo posible como un chicle hasta alcanzar la hora y veinte minutos. Ahora bien, dejando de lado otros defectos, tampoco es un largometraje estrictamente hablando.

La escena del desnudo de Bart resulta muy absurda y fuera de lugar, ya que en la serie Homer no realiza nunca ese tipo de apuestas con su hijoCuánta expectación levantó esta película meses, e incluso años, antes de su estreno. Mucha gente la esperaba con gran impaciencia, deseando que fuese la Biblia sobre ese universo tan rico como es la ciudad de Springfield, habitada por Homer, Bart, Marge, Moe, Barney, Smithers y compañía. Aún encima, Matt Groening puso el listón muy alto al afirmar que se verían a casi todos los personajes que la serie nos mostró a lo largo de todos estos años. No nos mintió, casi todos los personajes con un mínimo de importancia desfilan ante nuestros ojos. Pero claro, la gente se esperaba algo más que el simplemente vislumbrarlos durante unos segundos sin que prácticamente digan una mísera línea de diálogo. Que eso ocurra con la señorita Hoover no es algo grave, pero que Patty, Selma, el director Skinner o Apu apenas aparezcan ya se nos antoja más molesto.

Desperdiciar tantos minutos en mostrar sin motivo alguno y sin importancia en el contexto de la historia a decenas, cientos de personajes no es una gran decisión. Y menos aún si la estructura de la película limita enormemente en qué momentos tiene sentido verlos al estar dividida en tres fragmentos muy diferenciados. Más que una película parece que estemos viendo tres capítulos fusionados sin gran coherencia entre sí. Ni siquiera los gags logran funcionar en la mayoría de los casos, exceptuando unos cuantos de la introducción, de lejos lo mejor de la película, y no lo digo por Spider-Cerdo, del cual no alcanzo a comprender la popularidad que ha ganado en la red. En la serie casi todos los momentos cómicos que rodean a Homer funcionan en mayor o menor medida, pero aquí suelen fallar estrepitosamente. Quizás Antena 3 nos haya saturado con demasiados episodios repetidos mil veces y ya nada nos logre sorprender.


Homer es, como siempre, el personaje que acumula mayor número de gags, pero en esta ocasión casi ninguno funciona mínimamente bien


Aparte de todo lo que ya vimos en la serie y que aparece de nuevo aquí con mayor o menor eficacia, también se añaden unos pocos personajes nuevos, a cada cual más mediocre y falto de personalidad y encanto. Además, en el caso de la jefa india resulta ser un personaje salido de la nada, sin motivo ni razón aparente ni oculta, un mero comodín para que la historia avance de un modo burdo y descarado. Pero no sólo se añaden personajes sin lógica alguna, sino que las propias personalidades y reacciones de la familia son alteradas respecto a lo que vimos en la serie. Lisa resulta mucho más caricaturesca de lo habitual en ella, llegando en ocasiones a rozar el ridículo por situaciones que ya ha vivido en más de una ocasión. Bart ahora sufre un trauma por culpa de la falta de atención de Homer que nadie se explica cuando su padre lleva años estrangulándolo como si fuera el pan de cada día. Homer resulta bastante fiel a sí mismo, excepto en lo que concierne a su relación con Bart, y en algunas ocasiones con Marge, pero lo fallido de sus gags complica que el personaje funcione como es habitual en él. Marge es claramente el personaje más fiel a la serie, lo cual tampoco era difícil teniendo en cuenta el claro papel que siempre ha cumplido como pastora que guía al rebaño dentro de la familia. Sobre Maggie no diremos nada, ya que su importancia es prácticamente nula en la película. Los demás, como Moe, Barney, el Sr. Burns o la Srta. Krabapappel, intentan confirmar su característica más conocida mediante uno o dos gags insertados con calzador, resultando un pobre complemento para una familia que, por los cambios que han efectuado en sus comportamientos, nos resultará extraña en más de una ocasión. Ah, y el mayor vicio de la serie, el sentimiento de unidad de Springfield por el cual todos los habitantes se unen por cualquier motivo, sigue presente en la película. La tentación fue demasiado grande para los guionistas.

En la película se nos muestra a Bart y Homer como un hijo y un padre que pierden el gran vínculo emocional que tanto los unía. ¿Se puede saber cuándo vimos tal vínculo en la serie?Está claro. El universo de la familia Simpson no ha sido bien llevado a la gran pantalla en lo referente a su historia, pero tampoco en el apartado técnico podemos tirar cohetes. Los dibujos resultan más estilizados y agradables de lo habitual, pero en bastantes ocasiones han sido recargados con animaciones exageradas o inútiles para mostrarnos simplemente lo bien que se lo han currado. Y los fondos y objetos en 3-D no suelen encajar demasiado bien con la animación tradicional que reina en la película. Al menos el formato panorámico ha sido aprovechado bastante bien, alejando la mayoría de los planos de la estética televisiva, pero de un modo natural, no como un pegote sino como una extensión o mejora de lo que hasta ahora nos habían ofrecido. Pero, por muy panorámico que sea, un simple refrito de gags insulsos, visiones fugaces de personajes, animaciones presuntuosas y la aparición especial de Tom Hanks no puede considerarse una buena película. Ni aunque salga Homer Simpson. Y mucho menos si sale Spider-Cerdo.

8 dic 2007

Zodiac, caso abierto

'Zodiac'



AÑO: 2007
DURACIÓN: 158 min.
DIRECTOR: David Fincher
GUIÓN: James Vanderbilt (Novela: Robert Graysmith)
BANDA SONORA: David Shire
FOTOGRAFÍA: Harris Savides
MONTAJE: Angus Wall
PRINCIPALES INTÉRPRETES: Jake Gyllenhaal, Robert Downey Jr., Mark Ruffalo, Anthony Edwards, Chloë Sevigny, Donal Logue, John Carroll Lynch, Brian Cox, Dermot Mulroney, Clea DuVall, Elias Koteas, Candy Clark, Philip Baker Hall, John Getz




Los años pasan y algunos crímenes no son nunca resueltos. En ocasiones su investigación se cierra con el paso del tiempo,y acaban prescribiendo, y a veces simplemente acaban en el fondo del archivo de una comisaría. Pero también hay algunos casos que permanecen abiertos durante años y años, puede que incluso décadas, sin que se logre esclarecer lo sucedido lo más mínimo en todo ese tiempo. En el mundo existen diversos asesinos en serie que se han podido reir en las propias narices de la policía al ver cómo sus crímenes han quedado totalmente impunes tras montones de horas de investigación. En EE.UU. viven un gran número de ellos, entre los cuales podemos nombrar al conocido como Zodiac.

A pesar de las numerosas pruebas que tenían en su contra, ni el sargento Mulanax (Elias Koteas) ni los detectives Toschi (Mark Ruffalo) y Armstrong (Anthony Edwards) fueron capaces de lograr una pista concluyente hacia Arthur Leigh Allen (John Carroll Lynch)Autor de cuatro asesinatos y otras tres agresiones graves en los alrededores de San Francisco, además de existir cinco posibles víctimas más que no han podido ser confirmadas debido a la ausencia de pruebas concluyentes, hoy en día sigue sin saberse su verdadera identidad a pesar de los numerosos recursos empleados en su investigación y del gran revuelo montado en los 60 y 70 debido a sus mensajes cifrados publicados en los periódicos junto con diversas amenazas de asesinatos. Todos estos mensajes y la gran cantidad de tiempo invertido en su investigación, con la consecuente lista de sospechosos, constituyen un material estupendo para desarrollar una historia, algo que ya ha sido aprovechado en diversas ocasiones, y que ahora lo vuelve a ser por parte de David Fincher.

El director articula de nuevo un film en torno a un psicópata, aunque cambiando el enfoque global de la historia. Si bien es habitual en las películas de asesinos en serie que centren su atención en el delincuente, ya que a fin de cuentas los villanos suelen ser los personajes más recordados de las películas, como podemos comprobar en las historias dedicadas al archiconocido Hannibal Lecter, también hay casos en los que la narración se articula en torno a los investigadores, como en Se7en, también de Fincher. Pero en otras ocasiones, las menos, el tema central no son los personajes, sino la propia investigación. Esto es habitual cuando la película se adentra en temas políticos, como JFK, pero no cuando se anda tras la pista de un asesino, por lo que éste resulta el primer punto claramente destacable del nuevo trabajo del director de The Game.


La única pega que se le puede poner al magnífico reparto de 'Zodiac' es que ciertos secundarios como Chloë Sevigny, Philip Baker Hall o Brian Cox (en la imagen) hagan apariciones tan fugaces teniendo en cuenta su excelente calidad como intérpretesCon una precisión casi milimétrica en cuanto a las fechas, asistimos a la reconstrucción en pantalla de una investigación tan deslabazada como en ocasiones inconexa en cuanto a las pistas que siguen, debido a los extensos descansos que Zodiac se tomaba entre un asesinato y el siguiente. Pero esto no supone un problema a la hora de seguir la historia debido a un excelente ritmo y dosificación de la información relativa a los crímenes e hipótesis barajadas por la policía. Puede que en ocasiones uno se pierda entre tantos datos que parecen no llevar a ningún sitio, pero entonces es que los datos realmente no conducen a nada, por lo que olvidar algunos detalles no supone ningún problema. La película remarca aquellos que resultan realmente importantes simplemente con su propia continuidad a lo largo de la investigación llevada a cabo por los inspectores de policía Armstrong y Toschi.

Lo que al principio era una simple curiosidad por el caso de Zodiac acabará convirtiéndose en una obsesión para el joven Graysmith (Jake Gyllenhaal)Sobre estos investigadores poco sabemos, sólo lo esencial, poco menos que sobre el dibujante Robert Graysmith, el cual realizó por su cuenta buena parte de las investigaciones que condujeron a la policía a un sospechoso más que probable, pero para el cual aún necesitaban más pruebas. Todo esto convirtió durante unos meses su tranquila vida en una continua lluvia de información, pesquisas y llamadas consistentes en jadeos, supuestamente de Zodiac. La película también nos muestra las consecuencias que esa obsesión tuvo en su vida personal, aunque de un modo tan ligero que su importancia o impacto acaba resultando mínimo.

Los tonos apagados y los ambientes oscuros son una constante a lo largo de todo el film, aunque evidentemente su presencia se acentúa durante la mayoría de los crímenes de Zodiac


La truculencia, aspecto habitual en el cine de Fincher, ya fuese de un modo efectivo (Se7en) o arruinando por completo una idea interesante (Fight Club), no hace la más mínima aparición en este trabajo suyo. La sobriedad destaca en todos los planos, ya que en ningún momento el director se recrea en los asesinatos, ambientes degradados o tortuosa mente del asesino. Eso sí, la oscuridad y los colores apagados hacen acto de presencia en gran parte de la película como un personaje más, ocultando quién sabe qué en cualquier esquina cercana al Golden Gate y dando un aire muy pesmista e incluso melancólico, gracias al estupendo trabajo de iluminación de Harris Savides.

En ocasiones más cercano a un documental por su densidad de información y cuidada reconstrucción de los hechos, este film supone una clara victoria para Fincher y un paso más como cineasta, realizando un proyecto arriesgado en muchos aspectos y poco condescendiente con el grueso del público. No en vano la película fue un importante fracaso en taquilla a pesar de sus estupendas críticas. Mucha gente se esperaba una película en la línea habitual de Fincher, pero por suerte no ha sido así. Esta vez ha demostrado que es capaz de alejarse de lo efectista y realizar una obra de verdad, de las que necesitan apoyo e interés por parte del público para funcionar correctamente.

18 nov 2007

¿Son más listos que un niño de primaria?

'Little Children'
('Juegos secretos')



AÑO: 2006
DURACIÓN: 130 min.
DIRECTOR: Todd Field
GUIÓN: Todd Field, Tom Perrotta (Novela: Tom Perrotta)
BANDA SONORA: Thomas Newman
FOTOGRAFÍA: Antonio Calvache
MONTAJE: Leo Trombetta
PRINCIPALES INTÉRPRETES: Kate Winslet, Jennifer Connelly, Patrick Wilson, Jackie Earle Haley, Ty Simpkins, Jane Adams, Noah Emmerich, Sadie Goldstein, Phyllis Somerville




La vida occidental contemporánea recibe una nueva bofetada por parte del cine, en este caso de la mano de Todd Field y Tom Perrotta. Director y escritor de la novela, y ambos guionistas, se encargan de mostrar algunas de las mayores deficiencias de nuestra sociedad, especialmente aquellas que ocultamos o no admitimos que existen.

Sarah lleva una vida vacía que le produce una gran angustia vital, lo que a su vez la lleva a actuar en ocasiones de un modo impulsivo, egoísta e inmaduroLos problemas sociales, de inadaptación o traumas de diversa índole son uno de los puntos más recurrentes en esta obra, todos ellos problemas padecidos en mayor o menor medida por toda la población hoy en día, aunque la mayoría no lo sepa, o peor aún, no quiera saberlo. El síndrome del penúltimo tren se percibe claramente en Sarah, una mujer que se siente fracasada en la vida y que decide salir de su monotonía vital con lo que considera una última oportunidad, comenzando una relación con otro hombre sin importarle que ello no la lleve a ninguna parte. El síndrome de Peter Pan que Brad sufre es clarísimo, ya que la madurez en él es increíblemente escasa, por no decir nula (los instantes finales lo dicen todo). Su mujer, Kathy, es quien lleva los pantalones en todo y le dice lo que debe hacer en cada momento, tratándolo muchas veces como a un niño sin dotarle de capacidad de elección ni responsabilidad. Evidentemente nos encontramos con un síndrome de Wendy, el complementario al de su marido. No debemos olvidar al pedófilo interpretado por Jackie Earle Haley, uno de los personajes más interesante vistos en el cine últimamente, un pervertido que quiere dejar atrás ese gran problema que acarrea, pero que no puede porque la sociedad no le perdona ni da un voto de confianza. Además apreciamos el increíble amor que él y su madre se profesan, el único amor verdadero y sin fisuras de toda la película, lo que le lleva a depender totalmente de ella y no saber llevar una vida solo.Todos en ese vecindario sufren algún problema mental, ya sea psiquiátrico o psicológico, o bien esconden una afición "oscura". Hay una línea de diálogo especialmente representativa sobre todo este submundo de problemas, la dicha por Sheila durante la cena, refiriéndose a su ex: “él no quería salir con una enferma mental”. Resulta una referencia bastante directa a una realidad cada vez más asimilada por la sociedad: que todos tenemos hoy en día problemas mentales. Por ese motivo los personajes acaban pareciendo más unos niños por su inestabilidad, tanto emocional como mental, y es que casi nunca saben exactamente lo que quieren del mundo que les rodea. Todd Field decidió reflejar todo ese universo oculto de secretos e inestabilidad siguiendo la estela del David Lynch de Blue Velvet, mediante una fotografía basada en los claroscuros y marcados contrastes (aunque nunca llegando al extremo de la obra maestra del onírico director). Nuestro compatriota Antonio Calvache hace un estupendo trabajo de iluminación, mucho más destacado en las escenas nocturnas y en algunos interiores. Todo esto se traduce en que las noches (algunos de los momentos cruciales de la historia) y algunos interiores son increíblemente oscuros (la cara oscura, la realidad), con ciertos oasis de luz muy acusados, mientras que los días son bastante luminosos, en ocasiones incluso de un modo muy remarcado (la cara luminosa, la falsedad que se encarga de ocultar a la noche). La partitura de Thomas Newman es otro importante refuerzo, con temas que van desde lo extravagante o bizarro (el esposo de Sarah), a la candidez que supone un oasis entre tanta mediocridad vital (la escena de la piscina).

La relación entre Ronnie y su madre es enormemente sincera, pero también supone un gran obstáculo para que él pueda avanzar en su propia vidaDejando de lado ese aspecto oscuro de nuestras personas, probablemente el más interesante del film, Field también hace hincapié en la vacuidad de la vida del hombre occidental moderno. Nadie en ese barrio parece llevar una vida realmente interesante, sino basadas en la total monotonía (destacable el plano de la casa del pedófilo llena de relojes, clara referencia al inevitable paso y pérdida del tiempo), vidas llenas de situaciones y diálogos intrascendentes, a la par que con una gran falsedad, intentando dar a los demás la sensación de que han triunfado en la vida, aunque en el fondo se sientan los más ineptos y desgraciados del mundo. Kathy y Sarah parecen las únicas excepciones a estas reglas, violando respectivamente la primera (parece una mujer bastante bien situada y satisfecha con su vida) y la segunda regla (Sarah no disimula su insatisfacción vital, se le nota claramente tanto en su actitud como en su expresión). Sarah, especialista en literatura, acaba justificando sus acciones basándose en la actitud de la protagonista de 'Madame Bovary', intentando convencer a otros de que la actitud de dicha mujer es la correcta, y a sí misma de que también lo es la suya propia. La escena de la tertulia literaria es especialmente representativa por mostrar diversos puntos de vista sobre dicha actitud ante la vida. No en vano la película cuenta con una voz en off, un narrador omnisciente que nos remite a la obra literaria de Flaubert, y que conoce todos los entresijos del barrio, además de explicarnos los sentimientos de los diversos personajes con más detenimiento. Es sabido por todos la facilidad para expresar sentimientos e ideas con dicho recurso, usado como un comodín por diversos cineastas, pero éste no es el caso. La voz en off es un simple refuerzo (además de servir como la referencia literaria ya citada) para aquello que visionamos en pantalla. Nada que no podamos percibir sin problemas nos es explicado de ese modo, sino que sirve para matizar o reforzar dichos conceptos y situaciones.

No es necesario destacar el importante papel que desempeña el reparto en una película de esta clase, donde imperan más las emociones que las acciones, la descripción que la narración, y en este caso tenemos a un reparto intachable desde todos los ángulos. Desde un Patrick Wilson que rezuma inmadurez en cada plano (caras propias de un adolescente con pensamientos lujuriosos, impulsos incontrolados...) a un Jackie Earle Haley que realiza el papel más difícil de la película, aunque también el más agradecido, mostrando con gran facilidad la escasez de experiencia en la vida de su personaje y la angustia de vivir en permanente acoso por culpa de sus vecinos, en un sorprendente regreso a la gran pantalla del que fuera uno de los niños prodigio de los 70. Por encima de todos está una imparable Kate Winslet, que brilla en pantalla siempre que aparece, mostrando todos los posibles matices de su personaje, desde su continua angustia vital hasta los pequeños matices de felicidad que tiene, o cree tener, pasando por los momentos en los que se siente al límite de sus posibilidades.


Brad y Sarah entablarán por un simple accidente una curiosa relación condenada al fracaso desde su comienzoAntes de acabar, un último apunte, en este caso referente no a la película sino a los distribuidores españoles, los cuales tuvieron la genial idea de traducir el inmensamente sugerente (al igual que el póster) título inicial por un estúpido Juegos Secretos, más digno de un thriller de sobremesa que de una película de calado tan profundo y complejo como ésta ante la que nos encontramos. Con Eternal Sunshine Of The Spotless Mind cometieron el mismo gran error, y, pese a las críticas sufridas por dicha estrategia (que acabó siendo inútil por otra parte), parece que no aprendieron la lección. Esperemos que la desastrosa traducción del título no sea un impedimento para que esta película sea reconocida como lo que es, una pequeña (no por calidad, sino por medios y publicidad) obra maestra que propicia a nuestro habitual medio de vida la gran bofetada que se lleva mereciendo desde hace décadas, y que la sobrevalorada American Beauty (por coincidencias de la vida, dirigida por el ahora marido de la protagonista de ésta) no fue capaz de sacudirle.

16 nov 2007

El mesías sube al ring

'Cinderella Man'



AÑO: 2005
DURACIÓN: 144 min.
DIRECTOR: Ron Howard
GUIÓN: Akiva Goldsman, Cliff Hollingsworth
BANDA SONORA: Thomas Newman
FOTOGRAFÍA: Salvatore Totino
MONTAJE: Daniel P. Hanley, Mike Hill
PRINCIPALES INTÉRPRETES: Russell Crowe, Renée Zellweger, Paul Giamatti, Paddy Considine, Bruce McGill, Connor Price




Ron Howard ya ha demostrado a lo largo de su filmografía que nunca se ha interesado por rodar películas en las que imperen los malos sentimientos de los humanos, siendo su oscarizada A Beautiful Mind o Parenthood dos claros ejemplos, y con este film sobre el boxeador Braddock sigue con la misma idea, incluso de un modo más marcado.

El matrimonio de Braddock, el motor emocional del film, resulta poco creíble por su permanente halo de perfección y martirioAkiva Goldsman vuelve a colaborar con Howard escribiendo el guión, por lo que no es de extrañar que la película siga la línea de A Beautiful Mind. Los personajes están increíblemente exagerados en su bondad, o, en escasísimas ocasiones, maldad, ya que casi todo el mundo parecen ángeles caídos del cielo, todo son buenas intenciones, y si cometen algún error, rectificarán enseguida para enmendar sus actos. El personaje de Paddy Considine es especialmente representativo, puesto que, tras varias acciones no muy acertadas (por las que nadie le reprocha nada ya que es una víctima del sistema), acaba encontrando la redención del modo más extremo. El único malvado de la película es el contrincante de Braddock por el título, el cual representa la inmoralidad y el pecado (gula, lujuria, soberbia y envidia son mostradas claramente), por lo que es fácil deducir cuál es el papel de Braddock en esta historia al ser su rival directo: una especie de mesías. Nuestro protagonista es el bien absoluto, jamás cometerá una acción malvada, ni les tendrá rencor a los demás, siempre perdona y adopta una actitud humilde ante todos. Su matrimonio es en el fondo perfecto, ya que los problemas que tienen son de índole económica, jamás sentimental. El entrenador tampoco se muestra de un modo muy realista, ya que, sin ser alguien malvado, está claro que podría hacer bastante más por su boxeador, por lo que mostrarlo como un santo resulta poco adecuado. De nuevo nos encontraremos con el sueño americano y la necesidad de tener un héroe en tiempos de pena, dos recursos muy manidos a lo largo de la historia del cine estadounidense.

Las peleas en el ring, aunque no lleguen al realismo e impacto visual de films como 'Raging Bull', suponen los mejores tramos del film

Ron Howard tuvo un importante presupuesto para este proyecto, lo que se traduce en una ambientación y fotografía de tintes oscuros con el objetivo de sumergirnos en el ambiente de pobreza y degradación propio de aquellos duros años, y ambas salen muy bien paradas en dicho cometido, aunque con algunos efectos visuales simbólicos demasiado marcados (halos de luz alrededor de Braddock, por ejemplo). Los combates destacan por un montaje ágil y que los convierte en segmentos de importante fuerza visual, e incluso emocional. Los detalles que referencian al mesías (los ya comentados halos de luz, la escena de la iglesia, que el contrincante represente el pecado...) son muy poco sutiles, por lo que no funcionan en la mayoría de los casos, y muchos los olerán a kilómetros. Thomas Newman, compositor que ya ha demostrado con creces su talento, decepciona, ya que su música resulta en diversas ocasiones casi un calco del trabajo que realizó para Road to Perdition, y es que el hecho de que las dos películas se enmarquen en la misma época no justifica el parecido nota a nota de algunas piezas.

El entrenador acaba sumándose al estereotipo del visionario que lo da todo por una futura estrella en quien nadie más confía, pero ello no quita el excelente trabajo de Paul GiamattiRussell Crowe realiza otra colaboración con Howard, aportándole a Braddock toda la bondad que necesita y la excelente presencia que le caracteriza, aunque de un modo muy humilde, lo que se agradece. Paul Giamatti tiene el típico papel de entrenador que acaba dándolo todo por su boxeador (o eso intentan demostrar con una escena en su casa, pero la cosa no funciona bien, es exagerada y poco creíble), y Renée Zellweger repite el estilo de interpretación que tanto le alabaron en trabajos anteriores, pero que aquí no cuaja, realizando una actuación bastante plana y cercana a los simples pucheritos y ojos llorosos de una adolescente inmadura.

Buenos contra malos, moralidad contra pecado, rendición frente a lucha... Los temas que esta película presenta no son precisamente novedosos, y están tratados de un modo muy poco sutil y nada realista. Pretendieron venderla como una película sencilla que llega al corazón del público, pero, en su intento de alcanzarlo, opta por un camino muy directo y descarado, por lo que rara vez funciona. Con A Beautiful Mind realizaron la misma jugada, presentando de un modo edulcorado a un mártir al que la sociedad no acepta a pesar de la bondad y virtudes que muestra ante otros, y como les funcionó muy bien con crítica y público, repiten la jugada cambiando sólo el contexto. En este caso, los actores intentan sacar adelante la película lo mejor que pueden, y los combates suponen tramos claramente superiores al resto, pero esto no vale para considerarla más que un mero entretenimiento que se cree más de lo que es, como la mayoría de las películas de Ron Howard.

2 nov 2007

Inadaptados Social Club

'Napoleon Dynamite'



AÑO: 2004
DURACIÓN: 86 min.
DIRECTOR: Jared Hess
GUIÓN: Jared Hess, Jerusha Hess
BANDA SONORA: John Swihart
FOTOGRAFÍA: Munn Powell
MONTAJE: Jeremy Coon
PRINCIPALES INTÉRPRETES: Jon Heder, Efren Ramirez, Jon Gries, Aaron Ruell, Tina Majorino, Haylie Duff, Ellen Dubin, Emily Kennard, Sandy Martin, Diedrich Bader, Shondrella Avery, Carmen Brady




Introducimos el DVD de Napoleon Dynamite. Empezamos a vislumbrar imágenes en movimiento. Los títulos de crédito aparecen ante nuestros ojos. La cosa no empieza mal, ya que resultan bastante originales en su presentación visual. La cosa prosigue de un modo muy agradable, hasta que de repente vislumbramos al Anticristo... ¡¡película producida por la MTV!! Ese canal que entrega premios como “Mejor película aún no estrenada” o que galardona a cintas como Wedding Crashers. Al ver esas tres letras, la verdadera marca del Diablo, me preparé para lo peor.

Aunque esta película se desmarque en su extravagancia, sigue conservando elementos muy típicos como el baile del institutoUno no tarda mucho en sospechar que esta película, ya de culto en ciertos círculos, sigue a grandes rasgos el esquema del cine de institutos: el protagonista comienza siendo un pelele para acabar superando algún problema en su vida y/o ambiente escolar. En principio parece que no tenemos nada nuevo bajo el cielo, la típica película marca de la MTV, hecha para adolescentes educados a base de consumismo y no de cultura. Pero lo cierto es que este film sí esconde un poso de novedad, un “algo” que la diferencia del resto, y es la esencia y evolución de su protagonista, un inadaptado social sin amigos, especiales aficiones ni metas en la vida. Su objetivo no es quedar con la chica más guapa del instituto, y aunque acaba saliendo con una es evidente que su interés por ella es casi nulo, y que simplemente lo hace como una imposición social (si no tienes pareja, eres un fracasado). Tampoco le importa sacar buenas notas, y de hecho casi no sabemos nada sobre su situación académica. Las amistades no parecen ser un tema de gran importancia en su vida, ni la pertenencia a grupos sociales. Pero entonces, ¿qué le importa? Pues nada, absolutamente nada. Su apatía es evidente y absoluta, y posiblemente lo único que le puede interesar mínimamente en esta vida es encontrar algo que le interese.

La familia de Napoleon es de todo menos social o emocionalmente sana, algo que ya se puede intuir de esta simple instantánea

Pero el protagonista, Napoleon, no es el único que demuestra esta actitud ante la vida, sino que su propio hermano mayor siguió, y sigue, el mismo camino que él. En su caso semeja que lo único que le interesa es chatear por internet con su ciber-novia, con la cual espera reunirse algún día. Napoleon va al instituto, pero de a qué se dedica su hermano no tenemos la más mínima información. Trabaje o no, ambos viven al amparo de una abuela, la cual, para contrastar con ellos de un modo muy exagerado y poco creíble, practica actividades bastante estimulantes a pesar de su avanzada edad, como montar en quad por un mar de dunas. Por este motivo ella sufrirá un accidente que obligará a su tío Rico a ocuparse de los hermanos por una temporada, sirviendo este personaje tan descarado y de estética anclada en los 80 para contrastar de nuevo con otra característica de los dos “freakies” protagonistas: su personalidad tan cerrada con los demás. Es decir, que toda la familia está compuesta por individuos cuanto menos extravagantes que contrastan entre sí para enfatizar aún más, si cabe, sus diferentes particularidades: un adolescente más apático que un ladrillo, su hermano mayor de actitud bastante similar, una abuela que se comporta como si tuviese 20 años y un tío que vive anclado en los años 80. Una llama que vive a las afueras de la casa, no sabemos si como simple mascota o por otro motivo, sirve para rematar esta suerte de familia Monster.

La familia de Napoleon no es el único nido de inadaptados sociales de la ciudad, ya que sus nuevos amigos, Pedro y Deb, siguen en la misma tendencia de desinterés por todo. De este modo el número de individuos cerrados y marginados mostrados como importantes en la cinta resulta muy elevado en proporción con el de personas mínimamente más comunicativas y abiertas, aunque sólo sea con sus mejores amigos. Otros compañeros del instituto de poca importancia, que por suerte apenas intervienen, se ajustan perfectamente a los esquemas conocidos por todos: la rubia tonta, las animadoras que sólo se preocupan por la ropa y su aspecto, los jugadores del equipo del fútbol matones... Por este motivo la película resulta bastante realista y arriesgada en su concepción y evolución de cada personaje principal por separado, pero no en lo que concierne a la descripción de la sociedad, con un exceso de personajes en polos extremos. Está claro que este tipo de individuos existen, pero la concentración mostrada en este film no es creíble, y parece resultar un simple modo de incitar a la risa a ciertos sectores del público con la extravagancia mostrada en cada fotograma.


Quizás este film no esté lleno de aciertos, pero tiene algunos indudables, como el buen trabajo de sus protagonistas, en especial Jon Heder como el apático NapoleonNo parece haber muchas dudas sobre que este universo tan bizarro es el motivo por el que la MTV se decidió a apoyar un proyecto así, y quizás pueda ser entendido como una necesidad a la hora de conseguir financiación para un film que nos muestra a un inadaptado social que, en el que es el principal acierto del film, logra triunfar personalmente sin cambiar en su forma de ser. No pasa de ser el pelele del instituto a ligarse a la rubia tonta del club de animadoras. Tampoco se convierte en un musculitos que derrota al capitán del equipo de fútbol, logrando rodearse de un montón de nuevos amigos. Y ni mucho menos pasa a obtener las mejores notas y superar al gafotas que le lame el culo al profesor de ciencias. Simplemente encuentra algo que se le da bien en la vida, algo que sirve para darle un mínimo de interés por lo que le rodea y que le permite seguir adelante. Pero seguirá vistiendo igual, con el mismo número de amigos, sin pareja, sin admiradores, sin un objetivo claro. No ha llegado a la meta, sino que simplemente ha empezado a correr en una carrera que a él no le interesaba antes lo más mínimo: la propia vida.


Nota: no dejéis el film al llegar los créditos, porque tras ellos tenemos varios minutos más de película, bastante importantes a la hora de tener más claro el final.

28 oct 2007

El principio del principio del fin del principio

'The Last Waltz'
('El último vals')



AÑO: 1978
DURACIÓN: 117 min.
DIRECTOR: Martin Scorsese
GUIÓN: Martin Scorsese
FOTOGRAFÍA: Michael Chapman, László Kovács, Vilmos Zsigmond, Hiro Narita, Bobby Byrne, David Myers, Michael W. Watkins
MONTAJE: Jan Roblee, Yeu-Bun Yee




Hace unos meses conseguí un videojuego llamado 'Elite Beat Agents' para mi consola Nintendo DS. En principio lo había comprado para mi madre, pero ella no fue capaz de avanzar ni de seguir la mecánica del juego, por lo que empecé a jugarlo yo, ya que no era cuestión de tirar el dinero por el retrete. En pocos días me di cuenta de lo entretenido y original que era (aunque es una adaptación de una versión japonesa inédita en occidente) y lo bien realizado que estaba artísticamente. Imagino que os preguntaréis de qué iba. Pues va de música. Todo tipo de artistas de lengua inglesa, la mayoría estadounidenses, pueden ser escuchados en este juego en el cual tenemos que seguir el ritmo de las canciones mediante la pantalla táctil. Y mediante esta práctica destroza-muñecas no tardé en constatar algo que ya imaginaba: las creaciones más recientes palidecen de un modo increíble frente a los clásicos, y eso que faltan algunos de los imprescindibles, como Bob Dylan o Eric Clapton. Los Rolling Stones se meriendan a Avril Lavigne; Earth, Wind & Fire deja en ridículo a Ashlee Simpson; Cher, sin ser de las peores, no puede con el Freddie Mercury de Queen. La edad de oro del rock & roll y el dance sigue imbatible. Aquella cultura no era simplemente un estilo musical, era un estilo de vida, una filosofía, algo que hoy en día se ha perdido en gran parte frente a la importancia de una apabullante proyección mediática que crea ídolos de barro.

Robbie Robertson es el guitarrista y líder de The BandThe Band fue otro de los grupos más emblemáticos de los 60 y 70, una época en la que el artista plasmaba en sus canciones lo que el pueblo pensaba y sentía. Expresaban en su nombre sus preocupaciones, temores, sueños y esperanzas, pero siempre con los pies en la tierra. Woodstock fue su Meca; la guerra de Vietnam y los políticos, sus demonios; y la canción, en numerosas ocasiones de protesta, su evangelio. Todos los grandes artistas de esa época compartían un espíritu, por lo que no dudaron lo más mínimo a la hora de acompañar a The Band en su último concierto, en San Francisco el 25 de noviembre de 1976. Ese concierto fue llamado El Último Vals.

Un público totalmente entregado disfrutó de magníficas canciones interpretadas por Dr. John, Joni Mitchell, Neil Diamond, Bob Dylan, Ringo Starr, Neil Young, Paul Butterfield, Ronnie Hawkins, Van Morrison, Eric Clapton, Muddy Waters y Ron Wood, aparte de los propios integrantes de The Band (Robbie Robertson, Rick Danko, Richard Manuel, Levon Helm y Garth Hudson). La compenetración y complicidad entre los diferentes artistas fue absoluta, y apenas hubo momentos en los que la gente no aplaudiera y silbara con gran entusiasmo. Y, tras acabar ese intachable recital, llegó el amargo momento de despedir a The Band, ese momento que, aunque todos sabían que llegaría, no impidió al público disfrutar de todo el concierto. Todos los artistas salieron al escenario y cantaron juntos, en un emotivo número que, aunque puede parecer muy predecible a estas alturas, tiene una indiscutible eficacia para dejar claro que todos esos artistas tienen un espíritu común, a pesar de que se dediquen a diferentes estilos musicales.


(De i. a d.) Dr. John, Neil Diamond, Joni Mitchell, Neil Young, Rick Danko, Van Morrison, Bob Dylan y Robbie Robertson interpretan “I Shall Be Released” en uno de los últimos números del musicalPero aquella noche había otro artista en el concierto que no salió al escenario. No se dedica al mundo de la música, sino al del cine, y se llama Martin Scorsese. Con un buen número de cámaras, magníficamente empleadas, como es habitual en él, y que resulta algo muy llamativo en un documental, ya que éste suele ser uno de los factores más descuidados, todo lo mencionado anteriormente es plasmado en la pantalla con una efectividad aplastante. Las declaraciones de los miembros de The Band rodadas a mayores e intercaladas con las actuaciones del concierto resultan un complemento perfecto por concisas, interesantes y de duración perfecta, lo suficiente para dejar totalmente rematado el tema del que hablan sin resultar un escollo para la fluidez musical del film. Relatan datos de sus comienzos hace 16 años (de aquella) y anécdotas de sus diferentes giras y viajes por Estados Unidos. Además, se nos presentan dos colaboraciones musicales grabadas en estudio, una con The Staples y otra con Emmylou Harris, las cuales siguen la tónica del resto, por lo que podrían haber sido parte perfectamente del concierto.

Este plano forma parte de una de las secuencias visualmente más trabajadas del film, aunque en ningún momento, por sencillo que sea, defrauda en ese aspectoSin duda alguna, ésta es una de las peliculas más infravaloradas e injustamente desconocidas de Martin Scorsese. Es cierto que yo no conocía de nada a algunos de los artistas que se nos muestran, pero con una sola actuación me dejaron claro el talento que todos ellos tienen. Scorsese también lo deja claro rodando la que está considerada una de las mejores películas sobre el rock & roll de todos los tiempos gracias a su increíble apartado musical, excelente montaje e inusitado trabajo visual para un documental, tanto en la utilización de la cámara como en la iluminación. Ojalá pudiera ver esta película en una sala de cine, porque tiene que ser una experiencia que deja marcado a cualquiera, incluso más de lo que ya ha logrado conmigo con mi antiguo equipo de altavoces y el pequeño televisor de mi habitación.

21 oct 2007

Cualquier tiempo pasado fue mejor

'The Last Picture Show'
('La última película')



AÑO: 1971
DURACIÓN: 118 min.
DIRECTOR: Peter Bogdanovich
GUIÓN: Peter Bogdanovich, Larry McMurtry (Novela: Larry McMurtry)
FOTOGRAFÍA: Robert Surtees
MONTAJE: Donn Cambern
PRINCIPALES INTÉRPRETES: Jeff Bridges, Ben Johnson, Cloris Leachman, Timothy Bottoms, Cybill Shepherd, Ellen Burstyn, Randy Quaid, Sharon Taggart, Eileen Brennan, Sam Bottoms, Clu Gulager




Peter Bogdanovich radiografió a la adolescencia norteamericana dos años antes de que George Lucas lo hiciera con American Graffiti, y dotó a su película de un tono más serio y reflexivo, además de incluir un espectro más extenso de la población, no sólo jóvenes, aunque ellos sean los principales protagonistas de la historia.

Sonny (T. Bottoms) y Duane (J. Bridges) verán cómo en medio de esta ola de cambios su amistad será puesta a prueba por culpa de una jovenEl cambio, en múltiples aspectos, es el principal tema de la película (basada en la novela homónima de Larry McMurtry): la popularización de la televisión y su repercusión en el cine, gente que pasa de la pobreza a vivir de forma acomodada gracias al petróleo, las nuevas costumbres de los jóvenes (la liberación sexual es especialmente importante) y, sobre todo, el paso de la adolescencia a la juventud, con la consiguiente maduración, que en unas ocasiones es bastante, y en otras casi nada. En cuanto a los cambios experimentados por los propios personajes, la película se centra en cuestiones sentimentales, uno de los aspectos que suelen marcar la entrada en la edad adulta. Como todos los adolescentes, los de esta película se encuentran muy perdidos, sobre todo en ese pequeño pueblo en el que viven. No saben muy bien en qué invertir el tiempo, carecen de planes de futuro y el sexo empieza a ocupar un papel en sus vidas que nunca habían imaginado. No todos reaccionan de un modo maduro ante la proliferación de las hormonas, muchos se lo toman más como un juego y adoptan actitudes falsas al relacionarse con sus parejas, por lo que se nota que carecen de verdadera experiencia en ese aspecto (no parecen personajes malvados como para hacerlo a sabiendas). Como suele ser habitual, relacionan la pérdida de la virginidad con convertirse en adultos, con la independencia y todos los derechos que ello conlleva, por lo que anhelan perderla cuanto antes para no estar anclados en esa adolescencia. Pero, aunque quieren alcanzar la mayoría de edad cuanto antes, no todos los jóvenes viven mal en este pueblo, ya que el descubrimiento de petróleo supuso un cambio radical en estas familias provincianas, permitiendo a algunos de sus padres ganar ingentes cantidades de dinero con sus terrenos; unas fortunas que, aunque pueden servir de consuelo a ciertos habitantes, ni mucho menos les proporcionan la felicidad a los adultos, ya que casi todos se encuentran, o cuando menos así se sienten, increíblemente solos y frustrados al tener la sensación de que ahora sí que se están haciendo viejos y que se perdieron muchísimas cosas en su juventud, la cual rememoran numerosas veces. En ocasiones, algunos, como Sam (Ben Johnson) o Genevieve (Eileen Brennan), se compadecen de los jóvenes, imaginando las vidas que les esperan (y que les dejan en herencia), al menos si siguen en ese pueblo, lo que se nota en su modo tan desinteresado de ayudarles o darles consejo. Por contraste, otros habitantes no parecen confiar demasiado en las nuevas generaciones debido a su modo tan desenfadado de llevar el día a día, en contraste con la más que probable tormentosa juventud que las generaciones anteriores vivieron en su momento.

Sam (B. Johnson) intentará que los jóvenes del pueblo encaminen lo mejor posible unas vidas que parecen no ir a ninguna parte por el momentoPeter Bogdanovich otorga un tono a la película incluso más melancólico y nostálgico que el de la propia novela, en especial con el estilo tan pausado y contemplativo que tiene, mostrando un pueblo desierto que bien podría ser el de una película del oeste, y con varios planos fijos de unos paisajes sin una sola alma, remarcando con ellos el paso del tiempo (una población que una vez estuvo llena de vida, ahora, tras varias décadas, está casi vacía). La fotografía se convierte en un elemento esencial para rematar la sensación de nostalgia, con esa elección del blanco y negro evocando épocas pasadas en las que, entre otras diferencias, el propio cine no era dominado por la televisión como medio de ocio para masas. Los primeros planos son muy numerosos en la película (algunos, además, son subjetivos de algún personaje), tanto de individuos como de objetos, y Robert Surtees logra realzarlos con su labor de iluminación y enfoque haciéndolos muy impactantes, siendo un claro ejemplo la sencilla escena del funeral o los primeros planos de los habitantes del pueblo mostrados tras el accidente de coche, mientras que los planos largos son escasos y están casi todos relegados al pueblo (para mostrar lo desierto que está) y los viajes en carretera. La banda sonora, con temas escogidos de la época, algunos de varios años atrás, también es un refuerzo a la sensación de nostalgia.

Ruth (C. Leachman) es la sufridora por excelencia del pueblo; casada con el arisco entrenador de fútbol del instituto, iniciará una relación como última vía posible de escape en su vidaMuchos actores, entonces casi desconocidos, tuvieron esta película como trampolín para sus carreras: Jeff Bridges, Ellen Burstyn, Cloris Leachman, Timothy Bottoms... Entre todos ellos destaca el veterano Ben Johnson, que supo aportar el carisma y la cercanía que su personaje, Sam 'El león', esa especie de sabio del pueblo del que todos se fían y al que aprecian en gran medida, necesitaba por encima de todos los demás. Además, una por entonces joven Cybill Shepherd se estrenó en esta película como actriz con esa suerte de papel de femme fatale, esa joven que encandila a montones de chicos, y no tan chicos, sin saber ella misma qué quiere en esta vida, disfrutando con la simple manipulación de los demás de un modo totalmente irresponsable e inmaduro.

Como todos sabemos, los años 70 destacaron por un cine estadounidense de marcada tendencia realista, oscura y de análisis profundos del ser humano en sus diversas facetas (Taxi Driver, The Godfather, The Deer Hunter...), y este film de Peter Bogdanovich es una de las primeras y mejores muestras de ese cine dedicado a radiografiar al género humano, en este caso en el ambiente de un pequeño pueblo en una época con numerosos cambios. Sin duda, esos adolescentes serán los reyes de la función en su localidad durante una temporada, pero todo cambiará, porque ya sabemos que la adolescencia es una enfermedad que se cura con el paso del tiempo.

13 oct 2007

Creo que he tenido un déjà vu (o varios)

'El orfanato'



AÑO: 2007
DURACIÓN: 100 min.
DIRECTOR: Juan Antonio Bayona
GUIÓN: Sergio G. Sánchez
BANDA SONORA: Fernando Velázquez
FOTOGRAFÍA: Óscar Faura
MONTAJE: Elena Ruiz
PRINCIPALES INTÉRPRETES: Belén Rueda, Fernando Cayo, Géraldine Chaplin, Roger Príncep, Mabel Rivera, Montserrat Carulla, Andrés Gertrúdix, Edgar Vivar




El género de terror es uno de los que más se han ramificado en las últimas décadas en el cine occidental, creando todo tipo de subgéneros, algunos de ellos en peligro de extinción actualmente. Por ejemplo, el género tan popular entre los adolescentes, el “slasher”, iniciado por Tobe Hooper con The Texas Chainsaw Massacre, el cual ha evolucionado en los últimos años tendiendo más aún al “gore” y a la inclusión de escenas de sexo gratuito; también tenemos las películas “de sustos”, basadas en simples sobrecogimientos del espectador gracias a golpes de música y el componente visual; esa curiosa mezcla entre thriller y película de terror que tan popular se hizo gracias a The Sixth Sense aún sigue pululando entre las estanterías del videoclub; y no podemos olvidar a las verdaderas películas de terror, aquellas que provocan una sensación de verdadero pavor gracias al componente psicológico, al emocional y, en ocasiones, al ideológico (The Exorcist evidentemente no provocará el mismo miedo a alguien profundamente creyente y a un ateo convencido). Este último grupo está en clara decadencia simplemente porque es el más difícil de alcanzar; hoy en día se tiende al terror adolescente, no siempre estrictamente un “slasher”, y a copiar el modelo oriental, es decir, a realizar lo más sencillo y a copiar fórmular ya probadas. En el cine español vemos pocos ejemplos de este género, siendo la mayoría thrillers de producción y guión increíblemente pobres o “slashers” que sólo resultan una burda copia de otro estadounidense. Por este motivo es normal que el debut de Juan Antonio Bayona en el largometraje levantara tantas expectativas, y más aún al estar apadrinado por Guillermo del Toro.

Laura decide rehabilitar su antiguo orfanato, pero no imagina que aún quedan espantosos restos del pasado en ese lugarLa película comienza de un modo bastante prometedor con un sencillo prólogo que nos situará en el contexto emocional de Laura, una niña adoptada y que a su vez ha adoptado a otro niño, el cual además padece VIH. Un día su marido y ella deciden convertir su antiguo orfanato en una residencia para niños discapacitados, por lo que reforman todo el inmueble y lo dejan casi como nuevo. Pero en esa casa habita algo desde hace muchos años, y su hijo será el principal objetivo de esa fantasmagórica presencia.

La verdadera historia no tarda mucho en arrancar, y tenemos un ritmo bien dosificado a lo largo de los 100 minutos que emplea la película en narrarnos esta historia de espíritus. También se esfuerzan en mostrarnos los excelentes medios de producción de los cuales dispusieron, casi siempre muy bien aprovechados, si exceptuamos la banda sonora. Fernando Vázquez realizó una notable composición desaprovechada como pocas veces se ha visto. Juan Antonio Bayona demuestra no saber emplear correctamente la música en casi ninguna escena. Desde falta de sincronización entre la imagen y las notas hasta el representar sentimientos opuestos una y otra sin pretenderlo claramente. Y éste es uno de los grandes fallos de la película, cuando Bayona pretende invocar un sentimiento en el espectador y crea justo el opuesto. Aquí resulta muy representativa la escena de Belén Rueda en la cama, momento en el que Bayona pretende provocar un susto precedido por un largo momento de tensión y lo único que logra es que el espectador se sienta tratado como un imbécil ya que sabe perfectamente desde mucho tiempo antes lo que va a ocurrir. ¿Y por qué está tan seguro de lo que va a suceder? Simple y llanamente porque El orfanato es de todo menos algo nuevo. Cada escena mínimamente lograda de este film ya la hemos presenciado en, al menos, otros tres. La sensación de “esto ya lo he visto” difícilmente desaparecerá del espectador en cualquier momento. Incluso el título se ajusta sobremanera a los cánones del género (un artículo determinado seguido de un sustantivo común, evocando la cualidad de uno entre un millón de aquello que designa).


La creciente ridiculez del personaje de la médium resulta increíble, a pesar de un correcto trabajo por parte de Geraldine ChaplinUn simple cóctel de escenas, como mucho inquietantes, de diversas películas de terror, casi todas bastante mejores que ésta, es lo que presenciaremos en pantalla si nos animamos a ver esta película. Y además aderezadas con unos cuantos diálogos poco creíbles, o incluso ridículos, como casi todo lo que sale de boca de la médium interpretada por Geraldine Chaplin, la cual no es capaz de salvar a ese patético personaje a pesar de su convincente trabajo. El resto de intérpretes sí logran sacar a flote a los diferentes estereotipos que les tocan (por su personalidad o papel dentro de la historia) aun con la superficialidad de la que casi todos hacen gala. Belén Rueda es la única que cuenta con un personaje mínimamente desarrollado, aunque sigue respondiendo al habitual modelo de “personaje que ve montones de fenómenos paranormales pero al que nadie cree”, mientras que el de Mabel Rivera resulta más simple que una hoja de papel.

Los espíritus que pueblan el antiguo orfanato no le dejarán a Laura otra salida que la de participar en su macabro juegoEn cuanto al estilo de terror pretendido, se encuentra a medio camino entre los sustos y el verdadero pavor. El apartado visual es casi siempre el empleado para pretender que el espectador tiemble, saliendo, por lo general, más mal que bien parado, porque la mayoría de ellos se intuyen bastantes segundos antes. Y las secuencias que pretenden infundir el miedo de un modo más profundo y pausado, que son pocas, se suelen quedar a medio gas, sobre todo por el desaprovechamiento del niño de la bolsa en la cabeza, el cual podría haber provocado muchas sorpresas desagradables, en especial en su tramo final. Pese a todo, hay un par de escenas que sí cumplen estupendamente en ese sentido, aunque son la clara excepción al “quiero y no puedo” que puebla casi toda la película.

En España ya estamos acostumbrados a que nuestras películas sean promocionadas a bombo y platillo por los medios de comunicación, ya que son ellos los que las producen en buena parte, y ésta no iba a ser la excepción. Pero, como ya sucedió con Alatriste, por ejemplo, vuelve a haber muchísimo ruido y poquísimas nueces. Y es que esta correcta historia de sucesos paranormales en la que se nos anima a creer en el más allá y no en la ciencia o nuestros sentidos (su final es muy representativo en ese aspecto) se disfruta fácilmente, se digiere aún más fácilmente y se olvida incluso más fácilmente.

7 oct 2007

Otros dos proyectos interesantes

Hace pocos días vi estos tráilers de un par de películas a las que creo que debemos seguir la pista porque quizás nos llevemos una agradable sorpresa con ellas, así que los comparto con vosotros esperando que no os defrauden:



'Sweeney Todd: The Demon Barber of Fleet Street'


Director: Tim Burton
Guionista: John Logan
Fotografía: Dariusz Wolski
Montaje: Chris Lebenzon
Principales intérpretes: Johnny Depp, Helena Bonham Carter, Alan Rickman, Timothy Spall, Sacha Baron Cohen





Tim Burton vuelve a los oscuros universos que le caracterizan con este film basado en un famoso musical de Broadway que narra la historia de Benajmin Barker, también conocido como "Sweeney Todd", un siniestro personaje que tiene una barbería en Londres donde la navaja de afeitar apura demasiado.

Estreno en EE.UU.: 21 de diciembre
Estreno en España: 15 de febrero
Estreno en Argentina: 17 de enero



'La habitación de Fermat'


Director: Luis Piedrahita y Rodrigo Sopeña
Guionista: Luis Piedrahita y Rodrigo Sopeña
Banda sonora: Federico Jusid
Fotografía: Miguel Ángel Amoedo
Montaje: Jorge Macaya
Principales intérpretes: Lluís Homar, Santi Millán, Alejo Sauras, Elena Ballesteros, Federico Luppi




Piedrahita y Sopeña, dos humoristas de la televisión conocidos gracias a programas como "El hormiguero" o "El club de la comedia", realizan su debut en el cine con este prometedor largometraje en el que un grupo de matemáticos son invitados por el señor Fermat a su casa con el pretexto de un intercambio de conocimientos. Pero la realidad será muy distinta, ya que sus habilidades serán puestas a prueba a fin de que puedan salvar sus vidas.

Estreno en EE.UU.: sin determinar
Estreno en España: 16 de noviembre
Estreno en Argentina: sin determinar

Limpiando las calles

'The Brave One'
('La extraña que hay en ti')



AÑO: 2007
DURACIÓN: 119 min.
DIRECTOR: Neil Jordan
GUIÓN: Roderick Taylor, Bruce A. Taylor, Cynthia Mort
BANDA SONORA: Dario Marianelli
FOTOGRAFÍA: Philippe Rousselot
MONTAJE: Tony Lawson
PRINCIPALES INTÉRPRETES: Jodie Foster, Terrence Howard, Naveen Andrews, Nicky Katt, Mary Steenburgen




La venganza es un instinto increíblemente arraigados en el alma humana, por desgracia. Siempre ha resultado uno de nuestros mayores defectos, origen de numerosos baños de sangre e injusticias de todo tipo a lo largo de la historia de nuestra especie. Esas ganas de provocar daño con el simple objetivo de disfrutar con ello, camuflándolo muchas veces de “justicia” (la propia justicia del siempre discutible sistema penitenciario se convierte en diversas ocasiones en un simple acto de venganza), son una verdadera aberración desde el punto de vista moral, algo que deberíamos tratar de eliminar de nuestra condición humana, o al menos controlar, y la locutora de radio Erica Bain no es capaz de ello cuand experimenta esa sed de venganza tras recibir de una pandilla una paliza en la que su novio muere, y ella queda en coma durante varias semanas.

Las felices vidas de Erica y David quedarán destrozadas tras la paliza propiciada por parte de una pandillaLa película nos muestra un número muy reducido de personajes importantes, teniendo sólo dos verdadera relevancia a lo largo de todo el metraje: la propia Erica y el detective Mercer, encargado del asesinato de su novio, David. Los dos están bien perfilados, con diálogos creíbles y bien escritos, una sensación de soledad emocional que comparten (él está tristemente divorciado) y derrochando carisma dentro y fuera de sus trabajos. La tensión emocional que surge entre ambos, aunque pueda parecer forzada por el destino al que llegado un cierto punto imaginamos que los conducirá (por suerte no es así), es introducida de un modo pausado y muy natural. Los dos buscan a alguien con quien compartir emociones y pensamientos, por lo que la confianza que Mercer deposita en Erica, la cual podría parecer ilógica en otras circunstancias, se nos hace reconocible a casi todos. Pero ambos saben perfectamente dónde marcar el límite, al menos por el momento.

Noches violentas y días grises y tristes serán la nueva rutina de vida para ellaEmpezamos con unos personajes trabajados y seguimos con una historia muy bien narrada que comienza estupendamente, se desarrolla sin problema alguno y termina con una escena que casi lo estropea todo, no a nivel narrativo, siempre intachable, sino en el aspecto ideológico. Ya durante los actos de venganza-“justicia” de Erica es probable que a más de uno lo mosquee que casi todos los delincuentes, aunque tampoco sean un gran número, pertenezcan a etnias diferentes a la caucásica. El racismo parece bastante claro en esas ocasiones, pero cuando menos no hay diálogo alguno que haga hincapié en ello. Pero si esto ya parece un punto en contra, peor es el presenciar un final que defiende la venganza llevada a cabo por Erica, o al menos no la condena, a pesar de las muertes ocasionadas. La reacción de Mercer es creíble teniendo en cuenta la profunda amistad que los unía, pero la visión dada de los acontecimientos deja de lado toda condena de los actos perpetrados por Erica. Simplemente seguirá con su vida, como si lo ocurrido no fuese una profunda lacra moral. Los conflictos internos mostrados anteriormente debidos a la violencia que surge en ella desaparecen cuando realiza la mayor matanza de todas, totalmente ilógico. Queda claro que los guionistas supieron crear unos personajes magníficos y carismáticos junto con un argumento interesante, pero no concluirlo de un modo convincente e ideológicamente alabable o neutro, a pesar de que esté magníficamente narrado.

Dos personas que se sienten solas y que trabarán una importante amistad: Erica y MercerUn guión con una de cal y otra de arena contrasta con una dirección por parte de Neil Jordan muy adecuada para esta historia, con momentos inspirados, algo a lo que este director ya nos tiene acostumbrados. Una fotografía llena de oscuros sirve para mostrar cómo se apaga la llama vital de la protagonista, además de resultar un adecuado marco para situar la delincuencia que puebla buena parte del film. Dario Marianelli compuso una banda sonora eficaz para estos ambientes mostrados. Y el gran sentido del ritmo, que no decae en ningún momento, resulta la excelente guinda para que la labor del director irlandés esté a la altura, si exceptuamos la reiterativa tendencia a tambalear la cámara hacia los lados, algo que funciona muy bien en algunas escenas, pero en otras no añade absolutamente nada. De todos modos, está claro que éste no es uno de sus grandes proyectos personales, y no sólo se confirma tras haberlo visto, ya que existe un claro detalle que nos lo puede hacer intuir: Stephen Rea no forma parte del reparto. Casi todas las grandes películas de Jordan incluyen a este actor entre sus intérpretes, como por ejemplo 'The Crying Game', 'Michael Collins' o 'The End of the Affair'. Pese a todo, su labor se agradece a todas luces, igual que la de sus dos intérpretes principales, Jodie Foster, mostrando gran carisma y dolor contenido, como Erica y Terrence Howard (a este emergente actor hay que seguirle muy bien la pista) como Mercer. También podemos ver a la casi olvidada Mary Steenburgen, en un personaje de escasa importancia o profundidad, y a Naveen Andrews en una aparición breve como David.

¿Es 'The Brave One' una gran película? No, ni muchísimo menos. Su carga ideológica es un claro punto en contra que la imposibilita para ello. ¿Es entonces una película a desechar? Ni tanto ni tan poco. El trabajo de Jordan y el de los dos intérpretes principales son motivos suficientes para darle una oportunidad a este film, que a un servidor le hizo disfrutar de dos horas de cine, a pesar de la molestia de las citadas escenas poco destacables por su mensaje, sobre todo la conclusión, que puede dejar a más de uno con un sabor agridulce, ya que, como todos sabemos, el final es un elemento muy importante. Y es que a estos guionistas les convendría ir a un seminario como el impartido por McGee (Brian Cox) en 'Adaptation' para saber cómo rematar correctamente una historia, aunque fuese a golpe de manual de guionista.

24 sept 2007

Nunca me pidas que deje de beber

'Leaving Las Vegas'



AÑO: 1995
DURACIÓN: 112 min.
DIRECTOR: Mike Figgis
GUIÓN: Mike Figgis (novela: John O'Brien)
BANDA SONORA: Mike Figgis
FOTOGRAFÍA: Declan Quinn
MONTAJE: John Smith
PRINCIPALES INTÉRPRETES: Nicolas Cage, Elisabeth Shue, Julian Sands, Richard Lewis, Steven Weber, Valeria Golino, Laurie Metcalf, Vincent Ward, Danny Huston, Bob Rafelson, Marc Coppola, Carey Lowell, R. Lee Ermey




Retratar trastornos o adicciones es un modo muy sencillo y manido de impactar a una audiencia, sobre todo si dichos problemas parten de situaciones comunes a casi todos. El alcoholismo es especialmente adecuado para ello, ya que todo el mundo ha probado alguna vez el alcohol, y raro es el que no se ha tomado algunas copas de más y en otra ocasión ha tenido que ayudar a un amigo que hizo lo propio. Es decir, conocemos ambos roles: víctima (no siempre llega a tal extremo, pero en esta película sí) del alcohol y víctima del alcohólico. La moralina estaba servida, sólo había que llevar situaciones hasta el extremo y remarcar los efectos nocivos del alcohol hasta la saciedad. Pero John O'Brien no siguió esa tendencia en su novela, y decidió relatar el hundimiento de un guionista que le lleva a conocer al gran amor de su vida, siendo el alcohol un personaje más en la historia, y no el villano propiamente dicho. Mike Figgis al adaptarla se decantó por enfatizar el aspecto romántico y de vacío existencial, mostrando la adicción como un factor negativo, pero que surge de otros incluso peores. Es decir, nos encontramos ante un romance entre dos seres que se encuentran perdidos y solos en el mundo: un alcohólico que se derrumba, Ben Sanderson, y una prostituta desamparada, Sera.

El encuentro entre Ben y Sera resultará casual y propiciado por los excesos con los que él pretende autodestruirseBen, interpretado estupendamente por Nicolas Cage en un papel perfecto para su habitual tendencia al exceso, pierde su trabajo como guionista y sus amigos por culpa de su adicción a la bebida. ¿Y por qué se da a la bebida? Bueno, ni él recuerda qué vino antes, si el alcoholismo o su divorcio, pero lo que está claro es que algo no debía de ir bien en su vacua vida. Por eso decide ponerle fin a través de las bebidas destiladas aprovechando sus últimos días para vivir al límite en la ciudad del vicio por antonomasia: Las Vegas. En cuanto llega al motel llena su despensa con alcohol, bebe un buen trago para no ser afectado por el síndrome de abstinencia (los temblores y sudores son habituales en él) y se lanza a la ciudad del juego. Poco después conocerá a Sera, a la que da vida Elisabeth Shue, una hermosa prostituta a la que llevará a su habitación para tener una noche loca de sexo y alcohol, pero finalmente lo que habrá es una sencilla noche de compañía y charla en la cama, eso sí, con algo de bebida. Al día siguiente Sera buscará a Ben para simplemente hablar con él de nuevo, ya que parece ser la única alma en pena con la que se siente a gusto en una ciudad tan poblada pero a la vez solitaria como Las Vegas. Ambos no tardarán mucho en darse cuenta del gran amor que se profesan.

Ben intentará compaginar su destructiva adicción al alcohol con su pasión por Sera, pero esa ausencia de compromiso lo hará imposibleEl gran acierto de este film es, como ya dije, plantearlo como un romance entre dos seres marginados, perdidos e incomprendidos, y no convertirlo en un simple panfleto anti-alcohol. El alcoholismo es mostrado del modo más crudo y realista, sin duda, pero Mike Figgis no pretende darnos una lección sobre sus consecuencias. No busca educarnos, simplemente nos muestra a este personaje, Ben, con un gran vacío existencial que le lleva a elegir su propia muerte, suavizando la dura etapa que está pasando a través de la adicción. La película tampoco intenta ocultar algo evidente: su relación está condenada al fracaso y la tragedia. Aunque se amen de un modo incondicional, Ben no está dispuesto a dejar el alcohol a estas alturas, y no por la simple adicción y el temor al síndrome de abstinencia, sino porque se sigue sintiendo totalmente perdido en este mundo a pesar de que haya encontrado a su gran amor. Por ese motivo está claro que no podrán compartir una feliz vida en pareja. Además, las declaraciones de Sera hacia la cámara hablando sobre Ben que se suceden a lo largo del film como modo de otorgar cohesión a los distintos fragmentos son una evidente prueba de ello (no realizaría declaraciones si no hubiera ocurrido algo grave en torno a él). Su muerte es presentida desde el primer momento, y no sólo por esos motivos, sino también por la estética conferida por Mike Figgis. Todos los ambientes mostrados están muy degradados, y, cuando no es así, es el propio Ben el encargado de hacerlo con su simple presencia. Botellas vacías por todos lados, basura acumulándose por las esquinas, un entorno especialmente oscuro y violento... Todo nos hace presagiar que las cosas no van a acabar bien para Ben y Sera.

El amor de su vida aparece cuando ya todo está perdido para él, y no es suficiente para reflotarloAunque esta película es recordada sobre todo por las continuas ingestas de alcohol por parte de Ben, lo cierto es que no trata sobre el alcoholismo, sino sobre la soledad, pérdida de identidad, vacío existencial, sensación de sentirse perdido y desamparo. En resumen, no profundiza en la adicción, ni pretende darnos lecciones sobre ella, lo hace en aquellas sensaciones que nos pueden llevar a entregarnos a ella, ya sea el alcohol, el juego, las drogas, el sexo, etc. Ése es el gran acierto del film, haber creado una película descriptiva sobre unos personajes marginados que se aceptan tal y como son para disfrutar de su compañía, aún sabiendo que su relación está destinada al fracaso precisamente por no pedirse el uno al otro que cambien. Y el motivo que los unió, el alcohol, será también el final de su felicidad compartida.

19 sept 2007

Delirios oceanográficos

'The Life Aquatic with Steve Zissou'



AÑO: 2004
DURACIÓN: 118 min.
DIRECTOR: Wes Anderson
GUIÓN: Wes Anderson, Noah Baumbach
BANDA SONORA: Mark Mothersbaugh
FOTOGRAFÍA: Robert D. Yeoman
MONTAJE: Jamie Mitchell, David Moritz
PRINCIPALES INTÉRPRETES: Bill Murray, Owen Wilson, Cate Blanchett, Anjelica Huston, Willem Dafoe, Jeff Goldblum, Michael Gambon, Noah Taylor, Bud Cort, Seu Jorge, Robyn Cohen, Seymour Cassel




La comedia es un género que está atravesando un momento muy flojo en EE.UU., y para darnos cuenta de ello sólo tenemos que mirar la cartelera. Prácticamente todas las películas de ese género son, o bien de tendencia romántica, o de estilo escatológico. Es una inmensa pena que la comedia inteligente haya quedado casi en desuso, con Woody Allen como uno de sus últimos representantes. Atrás quedaron los tiempos de genios como Billy Wilder o Charles Chaplin. Pero parece haber una esperanza, un nombre en el que Martin Scorsese confía profundamente. De hecho, ya lo ha calificado como su sucesor. Su nombre es Wes Anderson. Nos encontramos ante un peculiar cineasta, con un universo muy personal en el que se mueven unos personajes con problemas personales y familiares que suelen provenir del pasado. Y 'The Life Aquatic with Steve Zissou' es, por el momento, la más extrema expresión de su genialidad.

El ilustre reparto de esta película incluye a Bill Murray, Cate Blanchett, Anjelica Huston, Michael Gambon, Willem Dafoe, Jeff Goldblum, Bud Cort y Noah Taylor (y a Owen Wilson, ausente en esta imagen)

La gente lleva admirando durante años los documentales del conocido oceanógrafo Steve Zissou, pero algo ocurre últimamente: sus películas ya no son tan buenas. En su última expedición se cruzaron con un espécimen desconocido al que bautizó como Tiburón Jaguar. Por desgracia, su amigo y compañero de viajes Sebastian fue devorado por él, motivo por el cual Zissou está decidido a perseguir al Tiburón Jaguar (“o lo que sea”) y aniquilarlo. Pero en el viaje tendrá una serie de compañeros poco habituales: Ned Plimpton, un joven que asegura ser hijo suyo fruto de una vieja relación; Jane Winslett-Richardson, reportera en busca de un buen artículo, y embarazada de un hombre casado que no parece querer dejar a su esposa; y Bill Ubell, un representante del banco que realizó el préstamo necesario para la expedición. Los conflictos personales se sucederán en el barco, sobre todo en lo referente a que la tripulación habitual acepte a Ned Plimpton como uno más, o incluso como la nueva mano derecha de Zissou, mientras éste intenta mentalizarse con el hecho de ser padre, algo que nunca había deseado.

'The Life Aquatic with Steve Zissou' acontece en un universo todavía más personal y extravagante que cualquiera de los films anteriores de Anderson. Los colores vívidos y un especial cuidado con la disposición de los personajes y objetos en pantalla vuelven a ser sus señas de identidad, junto a una estupenda selección de los temas musicales. En este caso escucharemos canciones de David Bowie, por lo general adaptadas al portugués, ya que son cantadas por un miembro brasileño de la tripulación del Belafonte, el barco de Zissou. Este barco es el protagonista de una de las escenas más elaboradas del film, cuando se nos muestra su interior gracias a un decorado que imita al barco con un corte longitudinal. Una casa de muñecas a tamaño real, lo que permite a Anderson mostrar diversas estancias del barco simultáneamente, realizar un sencillo recorrido por todas ellas o seguir a un personaje en su camino por el interior del Belafonte. Los planos cortos, como es habitual en él, son utilizados sólo en las conversaciones, mientras que el resto del film se sustenta en largos y panorámicas, con algunos medios. Está claro que le interesa profundamente mostrar ese universo tan personal en su máximo esplendor, con todos sus colores y decoraciones. Las criaturas marinas resultan muy atractivas ya que, aunque algunos crean que fueron realizadas por ordenador, el encargado de su creación fuen Henry Selick ('The Nightmare Before Christmas') mediante la técnica del stop-motion, dotándolas de un toque entre artesanal y retro. Pese a ello, se hubieran agradecido un par de imágenes más por segundo para lograr una animación más fluida.


Steve y Ned mostrarán gran interés por lograr el afecto de la guapa Jane, pero sus acercamientos a ella serán muy diferentesDe su extenso reparto cabe destacar a un pletórico Bill Murray, con una capacidad envidiable de autoparodia. En diversas escenas lucirá su pecho y barriga, demostrando que no se encuentra precisamente en una excelente forma física. La naturalidad del actor para contar chistes y lanzar indirectas es otro de los factores que facilitarán la risa del espectador. Y si hay alguien que sabe hacer de Owen Wilson un actor interesante, ése es Wes Anderson. El por lo general mediocre intérprete realiza un trabajo reseñable, alejándose aquí de sus habituales personajes de tipo gracioso para encarnar con gran credibilidad a un joven inocente, bondadoso y con grandes ganas de vivir. No es fácil incitar a la risa con un personaje de este tipo, pero Owen lo logra numerosas veces. Jeff Goldblum sabe dotar al oponente de Zissou, Hennessey, de un aire muy refinado, casi relamido, y le queda como anillo al dedo. No hablaré más sobre el resto del reparto, recalcando sólo que no existe queja alguna sobre el trabajo de ninguno.

Aunque no gocen de la preparación debida, el equipo Zissou se desenvuelve bastante bien bajo el agua rodando sus documentalesWes Anderson es un joven cineasta muy prometedor en el que mucha gente (incluído yo) tiene depositadas grandes esperanzas. Pero, al ser un cineasta tan particular, ocurre lo habitual: si no eres capaza de meterte en su universo, de adaptarte a él, ninguna de sus obras te gustará. Por ello es evidente que si no te gustaron 'Rushmore' o 'Royal Tenenbaums', ésta te gustará aún menos. Probablemente te parezcan delirios sin sentido alguno, con una estética de colorido recargado. Pero si disfrutaste con sus anteriores obras, entonces gozarás con esta deliciosa comedia, llena de excelentes diálogos, personajes por descubrir y extrañas criaturas marinas, un homenaje en toda regla al mítico Jacques Cousteau. Wes Anderson y su pupilo Noah Baumbach ('The Squid an the Whale'), ambos autores de este guión, prometen, y mucho. No les quitaremos el ojo de encima, os lo aseguro.

17 sept 2007

Trabajad, trabajad, malditos

'Glengarry Glen Ross'



AÑO: 1992
DURACIÓN: 120 min.
DIRECTOR: James Foley
GUIÓN: David Mamet (obra de teatro: David Mamet)
BANDA SONORA: James Newton Howard
FOTOGRAFÍA: Juan Ruiz-Anchía
MONTAJE: Howard E. Smith
PRINCIPALES INTÉRPRETES: Al Pacino, Ed Harris, Jack Lemmon, Alec Baldwin, Jonathan Pryce, Alan Arkin, Kevin Spacey, Bruce Altman, Jude Ciccolella




Una de las cosas que más temo en este mundo es el momento en el que me incorpore a mi puesto de trabajo (espero tener alguno algún día). Pero no lo digo por la tarea que tenga que realizar, el horario que me toque o el sueldo que perciba. No, lo digo por el ambiente de trabajo en el que tenga que convivir. Si para algo no soy bueno yo, es para competir con mis compañeros, y hoy en día eso es lo que impera en cualquier trabajo que tenga lugar con varios empleados y una jerarquía.

Shelley Levene está pasando una penosa racha laboral, y, aún encima, su hija se encuentra ingresada en el hospitalShelley Levene, Ricky Roma, George Aaronow y Dave Moss son los cuatro vendedores de la sucursal que “Mitch & Murray” tiene en Chicago. Su empleo, vender parcelas de diferentes terrenos embaucando a la gente con diversas mentiras y artimañas. Pero la cosa no les va especialmente bien este mes, durante el cual no han vendido casi nada, a excepción de Roma. Con ese motivo su empresa les envía a Blake, que les dará un agresivo, degradante e insultante discurso sobre sus puestos de trabajo. Resultado: todos van a ser despedidos, pero tienen un mes para recuperar sus empleos. El que más dinero consiga recibirá un Cadillac, y el segundo un juego de cuchillos. Los otros dos se irán a la calle. Además, les lleva una serie de nuevos ganchos, gente a la que timar, las fichas de Glengarry. Pero sólo el que más venda, que en ese momento es Ricky, tendrá acceso a ellas. De este modo empieza la lucha por la supervivencia, supervisada por su jefe inmediato, Williamson.

Blake será el encargado de intentar poner en cintura a este hatajo de fracasados que conducen un Hyundai en vez de un BMWEn ese mundo típicamente masculino (no hay una sola mujer con un papel importante) es donde acontece toda la historia. Engaños, robos, mentiras, todo cabe en un día de trabajo. La crítica al entorno laboral actual resulta muy creíble y acertada. Más que un trabajo es una competición, con premios y carreras para ver quién es el mejor. Puede ser el veterano y fracasado Levene, el irascible Moss, el derrotista Aaronow o el embaucador Roma. A su jefe, Williamson, sus empleados le importan bien poco, y sólo le interesa que “Mitch & Murray” le pague a fin de mes. La ética o el compañerismo no tienen cabida para él en ese trabajo, y con el tiempo acabarán desapareciendo para los demás en ese entorno tan hostil. Cualquiera puede hacerse pasar por el mejor amigo de otro para simplemente engañarlo y subir puestos en la clasificación. Tanto con un cliente, como hará Roma, como con sus compañeros, en lo que destaca especialmente Moss, el más egoísta de los cuatro. Aparte del entorno laboral podemos apreciar una crítica al universo masculino, siempre pendiente de competir y estar por encima de los demás. Está claro que, entre mujeres, la cosa hubiese sido muy diferente.

Nos encontramos claramente ante una película de actores, de ésas por las que se pelean y rebajan su habitual sueldo. Por ese motivo todos los intérpretes están magníficos, desde el habitualmente sobreactuado Kevin Spacey hasta Ed Harris, pasando por Alan Arkin o Jonathan Pryce. Pero, si hay alguien que brilla con luz propia, ése es Jack Lemmon. Levene se nos muestra de un modo impecable por parte del veterano actor como un tipo fracasado y frustrado que disimula todos esos sentimientos para poder llevar a cabo su trabajo como vendedor. Al Pacino tampoco se le queda atrás como el engatusador de Ricky Roma, dejando de lado sus habituales tics adquiridos desde los 80. Por desgracia, no puedo alabar del mismo modo al mediocre Alec Baldwin, pero su aparición es suficientemente breve como para no destrozar el conjunto.


Ricky Roma, el exitoso hombre de negocios al que no le importa contar todo tipo de mentiras, muchas de índole personal, con tal de conseguir que su cliente firmePor desgracia la película se sustenta totalmente en esos dos aspectos: guión e intérpretes. James Foley no añade nada destacable a la película, ni una visión personal ni ningún aspecto técnico reseñable. Fotografía, banda sonora, montaje, planificación... todo es correcto y funcional, pero nada más. Al menos ha logrado junto a David Mamet que la adaptación de la obra no parezca simplemente una obra de teatro interpretada en un decorado de cine.

Todos hemos sufrido alguna vez esas lacras de la sociedad actual. La competición continua, la falta de escrúpulos para triunfar en el trabajo, la degradación por parte de los superiores a los cuales poco les importan sus empleados, etc. Incluso en el colegio vi situaciones parecidas: premios a los mejores compañeros, listas de chicas más guapas... Esas características ya no son solamente aplicables al mundo laboral masculino, sino que se extienden a otros como el infantil o el femenino, y la cosa no parece tener límite. David Mamet tiene razón. En estos momentos todo tipo de despropósitos caben en un día trabajo.

16 sept 2007

La nueva temporada (2ª parte)

No tenía previsto hacer una segunda parte de ese texto, pero como hubo alguien que se quejó de que faltaban algunas pelis importantes (tranquila, Anikaa, que no voy a apuntar a nadie :P), aquí os pongo otro grupo de films que, aunque a mí no me atraen especialmente por el momento, tienen depositadas las esperanzas de mucha gente:



'Hairspray'


Director: Adam Shankman
Guionista: Leslie Dixon
Banda sonora: Marc Shaiman
Fotografía: Bojan Bazelli
Montaje: Michael Tronick
Principales intérpretes: John Travolta, Nikki Blonsky, Michelle Pfeiffer, Christopher Walken, Zac Efron, Queen Latifah, Amanda Bynes, James Marsden, Allison Janney





El musical de culto de John Waters es el origen de este remake en el cual se nos cuenta la historia de Tracy Turnblad, una chica grande, con un gran peinado y un corazón aún mayor, tiene solamente una pasión: bailar. Su sueño es aparecer en "El Show de Corny Collins", el programa de baile televisado más codiciado de Baltimore. Tracy parece perfecta para el programa, a no ser por un problema no tan pequeño: no cabe. Su figura generosa siempre la ha apartado de los grupos a la moda, cosa que le recuerda continuamente su amante pero excesivamente sobre protectora madre y de generosa figura, Edna. Esto no detiene a Tracy porque si existe alguna una cosa que esta gran chica sabe, es que ella nació para bailar.

Estreno en EE.UU.: 20 de julio
Estreno en España: 14 de septiembre
Estreno en Argentina: 9 de agosto



'Rescue Dawn'


Director: Werner Herzog
Guionista: Werner Herzog
Banda sonora: Klaus Badelt
Fotografía: Peter Zeitlinger
Montaje: Joe Bini
Principales intérpretes: Christian Bale, Steve Zahn, Jeremy Davies, Pat Healy, Evan Jones





Durante una misión en plena Guerra de Vietnam, un piloto norteamericano tratará de sobrevivir tras ser derribado su avión sobre Laos. Esta premisa le sirve a Werner Herzog para volver al cine de ficción tras la magnífica 'Grizzly Man'.

Estreno en EE.UU.: 27 de julio
Estreno en España: sin determinar
Estreno en Argentina: sin determinar



'In the Valley of Elah'
('En el valle de Elah')


Director: Paul Haggis
Guionista: Paul Haggis y Mark Boal
Banda sonora: Mark Isham
Fotografía: Roger Deakins
Montaje: Jo Francis
Principales intérpretes: Tommy Lee Jones, Charlize Theron, Susan Sarandon, Jason Patric, James Franco, Josh Brolin, Frances Fisher





Campanazo con 'Crash', y ahora intenta repetir el éxito con esta historia sobre Hank, un veterano de guerra americano que debe investigar la desaparición de su hijo Mike, soldado destinado en Irak que misteriosamente se ausenta sin permiso de su base. Con la ayuda de la detective Sanders y de su mujer, irá reviviendo las experiencias del muchacho en Irak. Lo que descubre le hará incluso cuestionarse su propia carrera militar.

Estreno en EE.UU.: 14 de septiembre
Estreno en España: sin determinar
Estreno en Argentina: 15 de noviembre



'The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford'
('El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford')


Director: Andrew Dominik
Guionista: Andrew Dominik
Banda sonora: Nick Cave y Warren Ellis
Fotografía: Roger Deakins
Montaje: Curtiss Clayton y Dylan Tichenor
Principales intérpretes: Brad Pitt, Casey Affleck, Zooey Deschanel, Sam Shepard, Mary-Louise Parker, Ted Levine




La historia de Jesse James, la más filmada en la historia del cine estadounidense, vuelve a la gran pantalla con un western de un estilo poco usual en el género y que promete ofrecernos una fotografía de primerísima calidad obra del reputado Roger Deakins. Brad Pitt obtuvo la Copa Volpi al mejor actor en Venecia por este trabajo.

Estreno en EE.UU.: 21 de septiembre
Estreno en España: 31 de octubre
Estreno en Argentina: 1 de noviembre



'Michael Clayton'


Director: Tony Gilroy
Guionista: Tony Gilroy
Banda sonora: James Newton Howard
Fotografía: Robert Elswit
Montaje: John Gilroy
Principales intérpretes: George Clooney, Tilda Swinton, Tom Wilkinson, Sydney Pollack





El género judicial vuelve a las pantallas con la eterna historia de David y Goliath. Michael Clayton trabaja para un famoso bufete de Nueva York, aunque no ejerce de abogado. Su especialidad es arreglar las cosas de la manera más limpia y rápida posible, y se ha pasado toda su carrera limpiando los trapos sucios de sus importantes clientes. No es ni policía ni abogado, sino la perfecta mezcla de ambos: el perro guardián, el compañero fiel que siempre obedece y nunca pregunta.

Estreno en EE.UU.: 5 de octubre
Estreno en España: 16 de noviembre
Estreno en Argentina: 11 de octubre



'American Gangster'


Director: Ridley Scott
Guionista: Steve Zaillian
Banda sonora: Marc Streitenfeld
Fotografía: Harris Savides
Montaje: Pietro Scalia
Principales intérpretes: Russell Crowe, Denzel Washington, Chiwetel Ejiofor, Josh Brolin, Cuba Gooding, Jr., Carla Gugino, Ted Levine




Scott vuelve a las andadas tras una serie de fracasos, esta vez contándonos la historia de un traficante de drogas recién salido de la cárcel que decide introducir heroína en el barrio de Harlem de los 70 usando un método muy particular para introducir la droga en los Estados Unidos: poniendo la heroína dentro de los ataúdes de los soldados muertos que venían de Vietnam. Un honesto detective de la policía de Nueva York será el encargado de investigar el caso.

Estreno en EE.UU.: 2 de noviembre
Estreno en España: 28 de diciembre
Estreno en Argentina: 10 de enero



'Lions for Lambs'
('Leones por corderos')


Director: Robert Redford
Guionista: Matthew Michael Carnahan
Banda sonora: Mark Isham
Fotografía: Philippe Rousselot
Montaje: Joe Hutshing
Principales intérpretes: Robert Redford, Tom Cruise, Meryl Streep, Michael Peña, Derek Luke, Peter Berg





Tres historias interconectadas: un congresista que se relaciona con una periodista, al tiempo que un idealista profesor trata de inspirar a un alumno aventajado de su clase. En la tercera historia, dos soldados americanos destinados en Afganistán, uno de los cuales fue alumno del profesor citado anteriormente, se encuentran de repente heridos en territorio enemigo. Con esta historia coral Redford se decide a volver a la dirección tras éxitos como 'Ordinary People' o 'Quiz Show'.

Estreno en EE.UU.: 9 de noviembre
Estreno en España: 16 de noviembre
Estreno en Argentina: 29 de noviembre



'Cassandra´s Dream'
('El sueño de Casandra')


Director: Woody Allen
Guionista: Woody Allen
Banda sonora: Philip Glass
Fotografía: Vilmos Zsigmond
Montaje: Alisa Lepselter
Principales intérpretes: Ewan McGregor, Colin Farrell, Tom Wilkinson, Mark Umbers, Hayley Atwell




Casi todo el mundo se deshizo en alabanzas con la anterior película del neurótico por excelencia del cine, pero con ésta las cosas no le están yendo demasiado bien. De todos modos, no debemos perder la esperanza de que Allen se anote otro tanto contándonos la historia de una joven cazafortunas recién llegada a Londres, en cuyo camino se cruzan dos hermanos de clase trabajadora que se enamoran de ella, y a los que convence para cometer un crimen que les proporcione dinero rápido.

Estreno en EE.UU.: 30 de noviembre
Estreno en España: 26 de octubre
Estreno en Argentina: sin determinar



'Atonement'
('Expiación')


Director: Joe Wright
Guionista: Christopher Hampton
Banda sonora: Dario Marianelli
Fotografía: Seamus McGarvey
Montaje: Paul Tothill
Principales intérpretes: Keira Knightley, James McAvoy, Brenda Blethyn, Vanessa Redgrave, Romola Garai





En el verano de 1935, Briony Tallis, una precoz escritora de 13 años, cambia irremediablemente el curso de varias vidas cuando acusa al amante de su hermana mayor de haber cometido un crimen en el que no tuvo nada que ver. Los productores y el realizador de 'Bride and Prejudice' vuelven a unirse en este drama basado en el premiado superventas de 2002 del mismo título.

Estreno en EE.UU.: 7 de diciembre
Estreno en España: 11 de enero
Estreno en Argentina: 1 de noviembre



'Youth Without Youth'
('Juventud sin juventud')


Director: Francis Ford Coppola
Guionista: Francis Ford Coppola
Banda sonora: Osvaldo Golijov
Fotografía: Mihai Malaimare Jr.
Montaje: Walter Murch
Principales intérpretes: Tim Roth, Bruno Ganz, Alexandra Maria Lara, André Hennicke





El legendario Francis Ford Coppola vuelve al cine tras unos años dedicándose a los viñedos con la historia de Dominic Matei, un profesor cuya vida sufre un cataclismo en los oscuros años previos a la Segunda Guerra Mundial cuando, tras un accidente, descubre que rejuvenece día tras día, además de sufrir un aumento exponencial de su inteligencia. Convertido en fugitivo, Matei vagará por diversos países.

Estreno en EE.UU.: 14 de diciembre
Estreno en España: sin determinar
Estreno en Argentina: sin determinar



'There Will Be Blood'


Director: Paul Thomas Anderson
Guionista: Paul Thomas Anderson
Banda sonora: Jon Brion
Fotografía: Robert Elswit
Montaje: Tatiana S. Riegel y Dylan Tichenor
Principales intérpretes: Daniel Day-Lewis, Paul Dano, Ciarán Hinds, Kevin J. O'Connor, Russel Harvard




Daniel Day-Lewis vuelve a la gran pantalla tras su última colaboración con Martin Scorsese, en esta ocasión con una historia sobre la familia, la avaricia, la religión y el petróleo, que gira en torno a un prospector de Texas de comienzos del siglo XX, en los primeros años del negocio del oro negro. Paul Thomas Anderson intenta recuperar el éxito tras su relativo fracaso con 'Punch-Drunk Love'.

Estreno en EE.UU.: 26 de diciembre
Estreno en España: sin determinar
Estreno en Argentina: 31 de enero