Marcello Vincenzo Domenico Mastroianni nació el 28 de septiembre de 1924 en Fontana Liri, un pequeño pueblo en los Apeninos a unos 90 km de Roma, hijo de Ida y Ottone Mastroianni, dueño de una carpintería. Tras vivir sus primeros años en su pueblo natal, su familia se mudaría a Turín, y algún tiempo después darían otro paso trasladándose a la bulliciosa capital italiana. Su infancia y juventud transcurrieron tranquilas y sin hechos reseñables, hasta que llegó la II Guerra Mundial.
Durante los primeros años de la Gran Guerra pudo mantenerse alejado de ella y trabajar como delineante en Roma, pero finalmente los nazis lo detuvieron y enviaron a un campo de trabajos forzados al norte de Alemania. Sin embargo, tuvo la suerte de lograr huir de él y poder regresar a Italia. Venecia fue su escondite hasta que acabó la guerra y pudo retomar una vida normal.
En 1945 pudo felizmente regresar a Roma, sin sospechar que poco después aceptaría un trabajo como contable en la productora Eagle Lion. Además de este sueldo decidió ganar un dinero adicional trabajando en pequeños papeles con un grupo de intérpretes local. Con estos dos trabajos que tenían como nexo el mundo interpretativo, no es de extrañar que decidiera estudiar interpretación en la universidad romana. Poco después Luchino Visconti se fijaría en él durante una de sus interpretaciones, por lo que decidiría contratarlo para diversas de sus obras, convirtiéndose en un miembro habitual de su compañía. Con ellos realizaría representaciones de obras tan emblemáticas como 'Un tranvía llamado deseo' o 'Muerte de un viajante'.
Su primer papel en el mundo del cine, por el momento como secundario de escasa importancia, sería en I miserabili, adaptación de la novela de Victor Hugo a cargo de Riccardo Freda del año 1948, el mismo año en que contraería matrimonio con la actriz Flora Carabella, con la que tendría un hijo. Durante bastantes años realizó papeles poco importantes en producciones que rarísima vez salían de las fronteras italianas. En 1955 protagonizaría junto a Vittorio de Sica y Sophia Loren Peccato che Sia una Canaglia, de Alessandro Blasetti, un proyecto que le permitió lograr algo de fama dentro de Italia, aunque sus proyectos seguían siendo por lo demás de escasa repercusión. En estas circunstancias el propio actor comenzó a perder el interés por la interpretación al no lograr mejorar su situación, pero entonces Visconti decidió recurrir de nuevo a sus servicios, pero esta vez en el mundo del cine.
Le Notti Bianche supuso su reencuentro y reavivó el interés del italiano por au trabajo. Poco después lograría su primer éxito fuera de Italia con su papel secundario en I Soliti Ignot, thriller clásico de Monicelli. Pero su revelación internacional llegó en 1960 de la mano de la obra maestra de Fellini La Dolce Vita, donde Mastroianni interpretaba a un columnista desilusionado. Su siguiente papel reseñable vino de la mano de Antonioni con La Notte, en 1961, donde de nuevo su expresión distanciada y sobriedad encajaron en el ambiente de emociones contenidas del film.
En 1962 lograría uno de sus mayores éxitos con Divorzio all'italiana, una comedia negra de gran éxito en todo el mundo, de Pietro Germi. Con ella llegarían sus primeros premios, entre ellos un Bafta, un Globo de Oro y su primera nominación al Oscar al mejor actor, por interpretar a un barón italiano que planea el asesinato de su esposa como un sustituto del divorcio al no estar todavía permitido en Italia. Al año siguiente comenzaría sus proyectos internacionales a las órdenes de Louis Malle con Vie privée al lado de Brigitte Bardot, logrando otro importante éxito de taquilla. En poco tiempo se convirtió en el actor más solicitado en el continente europeo junto a Jean-Paul Belmondo, por lo que se habituaría a trabajar con algunos de los cineastas italianos más importantes. En 1963 rodaría otro título emblemático a las órdenes de Fellini, 8½, donde encarnaba al director en plena crisis artística Guido Anselmi, en una disfrazada autobiografía del director italiano. Al año siguiente repetiría éxito de taquilla con Matrimonio all'Italiana, secuela de su exitosa comedia negra de pocos años atrás.
Muchos de sus papeles en sus grandes éxitos explotaban de diversos modos su faceta de seductor, lo que le llevó a convertirse en uno de los referentes como “latin lover”, imagen con la que él no estaba contento, por lo que intentaría participar en films que se centrasen en otros aspectos de su personaje. Le seguirían obras como Oggi Domani Dopodomani o La Decima Vittima antes de volver con Visconti para su adaptación de la obra de Camus en Lo Straniero, para a continuación realizar su primer trabajo interpretativo en lengua inglesa con Diamonds for Breakfast. John Boorman y Vittorio de Sica lo dirigirían respectivamente en Leo the Last y A Time for Lovers, sus dos siguientes producciones internacionales, y ambas importantes fracasos. Por este motivo decidió volver a la comodidad que le brindaba el cine italiano.
Durante los años 70 protagonizaría obras como Roma, de nuevo con Fellini, o Che? a las órdenes de Roman Polanski. También trabajaría al lado de Catherine Deneuve en numerosas películas, empezando un sonado romance con ella del que nacería su segundo hijo. En el año 77 lograría su segunda nominación al Oscar con un nuevo éxito, Una giornata particolare, en la que compartía pantalla con Sophia Loren. A partir de entonces, y a pesar de que mantuvo un volumen de trabajo importante, con varias películas estrenadas cada año, su éxito en taquilla y caché fueron disminuyendo debido a diversos fracasos y decepciones entre ellos.
Sus interpretaciones fuera de Italia serían cada vez menores, aunque nunca perdería el aprecio de la crítica, como demuestra su premio al mejor actor en Cannes y tercera nominación al Oscar por Oci Ciornie, de Nikita Mikhalkov, en 1987. Con ésta se convertiría en el actor con mayor número de nominaciones por interpretaciones en lengua no inglesa, récord que aún ostenta a día de hoy, además de ser, junto a Jack Lemmon y Dean Stockwell, el único actor que ha recibido dos veces el premio al mejor actor en Cannes (ya lo había conseguido en 1970 por Dramma della gelosia (tutti i particolari in cronaca)).
A principios de los 90 trabajaría, entre otros, con Robert Altman en Prêt-à-Porter y Raoul Ruiz en Trois vies & une seule mort, además de compartir cartel con Shirley MacLaine, Kathy Bates y Jessica Tandy en Used People. Sostiene Pereira supondría otro importante éxito para él, reportándole un nuevo premio David previo a su última interpretación en Viagem ao Princípio do Mundo, de Manoel de Oliveira. Al año siguiente sería elegido receptor del premio David honorífico tras haber participado en más de 120 películas, pero un cáncer de páncreas segaría su vida antes de que pudiera recogerlo.
Marcello Mastroianni, posiblemente el actor italiano más internacional de la historia, eterno galán y actor fetiche de Fellini y Visconti, murió debido a las complicaciones de un cáncer de páncreas en París, Francia, el 19 de diciembre de 1996, y fue enterrado en el cementerio Monumentale di Verano en Roma, Italia. Tenía 72 años.
Fuentes: Wikipedia, IMDB, MarcelloMastroianni.com