19 ago 2008

Algo huele a genialidad en Japón.

'Ran'



AÑO: 1985
DURACIÓN: 160 min.
DIRECTOR: Akira Kurosawa
GUIÓN: Akira Kurosawa, Hideo Oguni, Masato Ide (Novela: William Shakespeare)
BANDA SONORA: Toru Takemitsu
FOTOGRAFÍA: Asakazu Nakai, Takao Saitô, Masaharu Ueda
MONTAJE: Akira Kurosawa
PRINCIPALES INTÉRPRETES: Tatsuya Nakadai, Akira Terao, Jinpachi Nezu, Daisuke Ryu, Mieko Harada, Yoshiko Miyazaki, Hisashi Igawa, Peter





Las obras de Shakespeare han dado pie a numerosas adaptaciones a la gran pantalla, desde los clásicos de Laurence Olivier hasta las geniales adaptaciones de Kenneth Branagh (su Hamlet es de una calidad inmensa), pero casi siempre se olvidan de otro genio del cine, otro que las adaptó de un modo mucho más personal, arrastrando a sus personajes a otro continente, metiéndolos en otra cultura. Akira Kurosawa fue ese artífice de diversas obras que constituyen adaptaciones libres de obras de Shakespeare en Japón, pero manteniendo la genialidad del dramaturgo inglés en lo relativo a sus personajes y conflictos. Trono de sangre, Los canallas duermen en paz, Kagemusha o la que ahora me ocupa, Ran, son ejemplos del interés del genio japonés por el genio británico y de su empeño por adaptarlo a su cultura manteniendo la esencia de la obra.

La excepcional fotografía de la película surge de una elección de localizaciones ejemplar, una iluminación muy natural y una planificación modélica por parte de Kurosawa.Como adaptación libre de 'El rey Lear', en Ran se nos cuenta la historia del clan Ichimonji, cuyo patriarca, Hidetora, decide un día dividir sus territorios entre sus tres hijos. Pero en ese momento Saburo, el menor de ellos, le expone sus ideas sobre tal acción, y se gana el desprecio y la desconfianza de su padre, por lo que resulta expulsado de sus tierras. Así pues, sus dos hijos mayores se reparten el reino, siendo el primogénito el nuevo jefe del clan, aunque su padre queda como un elemento importante de él, conservando unos cuantos soldados como su guardia personal. Taro, el primogénito, no ve con buenos ojos que su padre conserve cierto poder, e incitado por su esposa, Kaede, le exige deshacerse de sus hombres y de cualquier poder que aún pueda ostentar. Indignado, Hidetora busca apoyo en su segundo hijo, Jiro, pero éste tiene las mismas ansias de poder que su hermano mayor, así que su padre queda tirado en sus antaño propios territorios con el apoyo únicamente del bufón de la corte, Kyoami, y unos pocos hombres que le son leales. Finalmente se refugia en el castillo de su tercer hijo, el cual ha quedado vacío, y allí es atacado por las tropas de Taro y Jiro. Sus hombres son masacrados, sobreviviendo únicamente él al ataque, y quedando su mente claramente alterada ante semejante cadena de acontecimientos. Poco antes de terminar la batalla, Taro es asesinado por uno de los hombres de Jiro con el objetivo de que éste sea el nuevo patriarca del clan. Cuando consigue su nuevo puesto, se encuentra con la presión de Kaede, la cual amenaza con decirle al pueblo cómo logró convertirse en el nuevo patriarca. Descendiente de una familia aniquilada por los ejércitos de Hidetora, y casada por simple conveniencia con Taro, sólo desea la destrucción completa del clan Ichimonji, y hará lo que sea por conseguirlo.

Tras contemplar su destrucción por parte de sus propios hijos, Hidetora sucumbirá a la locura, intercambiando sus papeles con su bufón.Kurosawa tardó casi una década en poder realizar esta apoteósica obra, una oscura disección del ser humano y de sus deseos de poder y venganza por encima de cualquier otra cosa. Ninguno de los protagonistas escapa del todo de esta visión pesimista del ser humano. Ni siquiera el marginado Hidetora, que realmente ve que lo único que hace es cosechar lo sembrado durante largos años de mandato en el clan. Unas tierras conquistadas de forma salvaje, unas familias destrozadas por sus hombres y unos hijos malcriados son los causantes de su caída. La película en ningún momento hace hincapié en las acciones realizadas por el padre, pero sí en sus consecuencias, como bien muestra el encuentro con el cuñado de Jiro, perteneciente a una de las familias aniquiladas años atrás, y al cual obligó a sacarse sus propios ojos como castigo. Sin embargo, y tras muchos años de reclusión como un ermitaño en una cabaña perdida, no guarda especial rencor al clan Ichimonji, simplemente porque no quiere avivar más el fuego. Todo lo contrario que Kaede, la cual sólo desea la destrucción del clan, aunque ello pudiese conllevar su propia caída tras haberse casado con Taro.

Aunque Hidetora pueda parecer una víctima del destino, en realidad sólo recoge lo que ha sembrado durante décadas de aniquilación y conquista.La intensidad dramática propia de las obras de Shakespeare está todo tiempo en pantalla, gracias tanto a la excelente adaptación de la obra al Japón del siglo XVI como a un reparto en estado de gracia, destacando el veterano Tatsuya Nakadai como Hidetora. Sus miradas y gestos de desesperación, indignación o terror son uno de los grandes pilares del film. Constituye el principal motor moral de la película, aquel que nos muestra las consecuencias de sus acciones, en contraste con Kyoami, el motor intelectual, aquel que con sus chascarrillos y bromas hace grandes reflexiones sobre lo que ha ocurrido, se debería haber hecho o va a suceder. Kaede, primero en un segundo plano, se convierte en un personaje clave y de gran intensidad cuando muere su marido y vuelca sus esfuerzos en el nuevo patriarca, Jiro. Destrozada tras la muerte de su familia, en ella sólo quedan deseos de venganza, por lo que acaba siendo un personaje incluso más oscuro y amoral que los dos hermanos mayores.

Kurosawa logró tras muchos años de trabajo, y teniendo que buscar apoyo económico fuera de su país, una obra maestra de una intensidad dramática increíble y una gran belleza plástica. Nada desentona lo más mínimo en esta historia repleta de personajes inolvidables, planos ejemplares por su sencillez e intensidad (cuando Hidetora espera su muerte en el tercer castillo mientras las flechas atraviesan la ventana) y momentos épicos, tanto en términos de producción como de dramatismo. Sé que esta crítica no le hace justicia a esta película, y sólo puedo excusarme diciendo que se trata de una de esas obras que considero claramente por encima de mis posibilidades. Lo único que puedo hacer es quitarme el sombrero ante Kurosawa. De nuevo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buen artículo. Ran es una de las grandes de Kurosawa, uno de mis preferidos, que después de hacer los 7 samurais ya se lanza a superproducciones de este tipo. Hay una productora holiwoodense que está remasterizando varias películas del Kurosawa de esta época, entre ellas Rashomon, otra imprescindible.
Los metrajes anteriores a éstas del japonés no tienen desperdicio ninguno, aunque van en otra línea...
Un saludo

Unknown dijo...

¿Japón? ¿Oler? solo me viene a la cabeza un buen cuenco de ramén :P

Kurosawa no es de mis directores japoneses favoritos, prefiero a Kitano a Fukasaku (Padre, el hijo es un chapuzas). Me parece un director con peliculas muy lentas.

Lo mismo me pasó con "La maldición de la flor dorada" de Zhang Yimou (Sí, sí; se que es china). Que aunque no lenta ... que pandilla de D*********

Pero bueno, de Kurosawa ví "Dersu Uzala" y "Kagemusha" y no me gustaron mucho ninguna de las dos, así que en principio no pienso jugarmela otra vez.

P.D: Yo este jueves ví: "El convoy" de Sam Peckinpah, 100% aconsejable.

Liliana dijo...

Rashomon y Los 7 samuraís son las mejores, a mi modo de ver. Pero Ran tiene lo suyo, claro que sí.
Muy buen artículo. Un abrazo desde Buenos Aires.

Jorge López Fernández dijo...

Gracias a todos. Yo no creo que sea de mis mejores artículos, pero os agradezco los elogios de todos modos. ^_^
Es evidente que las películas de Kurosawa son más lentas que las de otros cineastas, como Kitano, pero son increíblemente intensas y rodadas con gran perfección.
Claro que 'Rashomon' y 'Los 7 samuráis' son las imprescindibles de Kurosawa, y para mí ambas son grandísimas películas (por eso lo de quitarme el sombrero de nuevo, Liliana ;) ). Quizás prefiera ésta antes que 'Rashomon', pero con 'Los 7 samuráis' no lo tengo tan claro. Menuda decisión sería elegir a una...
A ver cuándo vuelvo a actualizar el blog, porque ahora estoy en temporada de exámenes hasta mediados de mes. :S
Un saludo a todos los lectores.