('El último vals')

AÑO: 1978
DURACIÓN: 117 min.
DIRECTOR: Martin Scorsese
GUIÓN: Martin Scorsese
FOTOGRAFÍA: Michael Chapman, László Kovács, Vilmos Zsigmond, Hiro Narita, Bobby Byrne, David Myers, Michael W. Watkins
MONTAJE: Jan Roblee, Yeu-Bun Yee
Hace unos meses conseguí un videojuego llamado 'Elite Beat Agents' para mi consola Nintendo DS. En principio lo había comprado para mi madre, pero ella no fue capaz de avanzar ni de seguir la mecánica del juego, por lo que empecé a jugarlo yo, ya que no era cuestión de tirar el dinero por el retrete. En pocos días me di cuenta de lo entretenido y original que era (aunque es una adaptación de una versión japonesa inédita en occidente) y lo bien realizado que estaba artísticamente. Imagino que os preguntaréis de qué iba. Pues va de música. Todo tipo de artistas de lengua inglesa, la mayoría estadounidenses, pueden ser escuchados en este juego en el cual tenemos que seguir el ritmo de las canciones mediante la pantalla táctil. Y mediante esta práctica destroza-muñecas no tardé en constatar algo que ya imaginaba: las creaciones más recientes palidecen de un modo increíble frente a los clásicos, y eso que faltan algunos de los imprescindibles, como Bob Dylan o Eric Clapton. Los Rolling Stones se meriendan a Avril Lavigne; Earth, Wind & Fire deja en ridículo a Ashlee Simpson; Cher, sin ser de las peores, no puede con el Freddie Mercury de Queen. La edad de oro del rock & roll y el dance sigue imbatible. Aquella cultura no era simplemente un estilo musical, era un estilo de vida, una filosofía, algo que hoy en día se ha perdido en gran parte frente a la importancia de una apabullante proyección mediática que crea ídolos de barro.

Un público totalmente entregado disfrutó de magníficas canciones interpretadas por Dr. John, Joni Mitchell, Neil Diamond, Bob Dylan, Ringo Starr, Neil Young, Paul Butterfield, Ronnie Hawkins, Van Morrison, Eric Clapton, Muddy Waters y Ron Wood, aparte de los propios integrantes de The Band (Robbie Robertson, Rick Danko, Richard Manuel, Levon Helm y Garth Hudson). La compenetración y complicidad entre los diferentes artistas fue absoluta, y apenas hubo momentos en los que la gente no aplaudiera y silbara con gran entusiasmo. Y, tras acabar ese intachable recital, llegó el amargo momento de despedir a The Band, ese momento que, aunque todos sabían que llegaría, no impidió al público disfrutar de todo el concierto. Todos los artistas salieron al escenario y cantaron juntos, en un emotivo número que, aunque puede parecer muy predecible a estas alturas, tiene una indiscutible eficacia para dejar claro que todos esos artistas tienen un espíritu común, a pesar de que se dediquen a diferentes estilos musicales.


1 comentario:
Es muy posible que Scorsese haya aprendido bastante en la mesa de montaje de "Woodstock" (Michael Wadleigh). Yo recuerdo haber visto El último vals en el cine y haberme emocionado con esa despedida tan increíble. Por lo que leo, veo que es una película que sigue guardando su esencia, porque si no, no te hubiera emocionado.
Eran músicos buenos aquellos (algunos siguen siéndolo) y fue una época grandiosa, pero es verdad que fue el principio del fin. Nunca mejor un título como el que le colocaste a este post.
Publicar un comentario