21 dic 2008

La noble arte de mirarse el ombligo.

'Ultimo tango a Parigi'
('El último tango en París')




AÑO: 1972
DURACIÓN: 129 min.
DIRECTOR: Bernardo Bertolucci
GUIÓN: Bernardo Bertolucci, Franco Arcalli, Agnès Varda
BANDA SONORA: Gato Barbieri
FOTOGRAFÍA: Vittorio Storaro
MONTAJE: Franco Arcalli, Roberto Perpignani
PRINCIPALES INTÉRPRETES: Marlon Brando, Maria Schneider, Jean Pierre Léaud, Massimo Girotti, Maria Michi, Catherine Allegret, Giovanna Galletti





'Quiet City'



AÑO: 2007
DURACIÓN: 78 min.
DIRECTOR: Aaron Katz
GUIÓN: Aaron Katz, Erin Fisher, Cris Lankenau
BANDA SONORA: Keegan DeWitt
FOTOGRAFÍA: Andrew Reed
MONTAJE: Aaron Katz
PRINCIPALES INTÉRPRETES: Erin Fisher, Cris Lankenau, Sarah Hellman, Joe Swanberg, Tucker Stone, Liz Bender, Karrie Crouse, Keegan DeWitt, Daryl Nuhn, Michael Tully, C. Mason Wells





Hace unas tres semanas me propuse escribir una crítica sobre el reciente debut de Aaron Katz, aunque al echárseme encima los exámenes y trabajos propios de este mes lo fui dejando de lado. La verdad creí que no la acabaría escribiendo, simplemente por desgana y paso del tiempo, pero el hecho de ver ayer una cinta tan mítica como la de Bertolucci y desear desmitificarla hizo que me plantease escribir una reseña paralela sobre ambas, ya que comparten su gran defecto, mas con los matices propios de 35 años de diferencia.

Maria Schneider y Marlo Brando encarnaron a la tórrida pareja de este sobrevalorado y mítico título del cine de los 70Ultimo tango a Parigi es, sin duda alguna, una de las películas más míticas de los años 70, y probablemente el referente más importante del cine erótico-existencial. Ahora bien, lo cierto es que existen cientos de películas mejores, más complejas, profundas y redondas que ésta, tanto en cualquiera de sus dos ramas como en el híbrido. Esta historia de un hombre derrotado tras el suicidio de su esposa y una joven cuyo único conflicto parece ser tener a un esposo ensimismado con su trabajo de director de cine sólo logra calar emocionalmente hondo en momentos contacos con los dedos de una mano. En cuanto al componente erótico, sólo puedo describirlo como patatero y desagradable. Y no desagradable por lo que hagan delante de la cámara, sino por el modo de hacerlo, casi siempre violento, tanto física como emocionalmente; una violencia cuyo origen es fácil de intuir en él, pero que no aporta nada a la historia, sin crear personajes de diversos niveles ni hacer fluir la narración. Tampoco parece muy normal que ella quiera repetir ese tipo de prácticas sin huir del hombre que ha estado cerca de violarla minutos antes.

El personaje de la chica está increíblemente poco perfilado, mientras que su esposo resulta una simple caricatura sin ninguna finalidadPor tanto si las escenas de sexo ya resultan bastante gratuitas en el contexto, con esa agresividad se convierten en un simple pegote en el desarrollo de sus personajes. Bueno, lo cierto es que más bien debería decir personaje, porque de la chica poco acabamos sabiendo, aparte de la talla de su sujetador, porque como suele ocurrir en este tipo de cine a ella se le ve todo, pero a él nada. Por este motivo el personaje de Maria Schneider se convierte en un mero canalizador para el de Brando, sin motivaciones propias, sin grandes dilemas, problemas, cuestiones o conflictos. Resulta difícil de entender que ella, de repente, se entregue a este tipo de juegos sexuales si nunca ha tenido problemas en ese sentido, no lo emplea como vía de escape de otras angustias, no tiene graves conflictos con su novio y tampoco parece ser una fiera sexual reprimida. Entonces sólo nos queda centrarnos en el personaje de Brando, bastante más complejo e interesante que ella, tanto por su propia naturaleza como sobre todo por el apabullante trabajo del actor. Ninguno de sus gestos sobra al mostrar la derrota de este hombre tras perder a su esposa: su tristeza se palpa en cada movimiento y palabra suyos. Sin embargo su profundidad se pierde en un final que pretende calar hondo por extremo, y falla claramente en ello, resultando poco creíble.

Marlon Brando encarna magníficamente a este hombre destrozado, en contraste con la joven inocente con la que tiene esos encuentros sexuales casi anónimosEstá claro que esta película consiste uno de esos casos evidentes en los que la censura supuso una ayuda increíble a la hora de promocionar la película, como Kubrick con A Clockwork Orange o Scorsese con The Last Temptation of Christ, pero la diferencia más evidente es que estos dos autores sí consiguieron obras de gran complejidad, alejadas de efectismos, que se sostienen por sí mismas y no simplemente por su cualidad de míticas. También resulta muy triste que Bertolucci, el que una vez fue compañero de generación de Wertmüller o Antonioni, fuera captado por Hollywood tras fijarse en él por esta película. Por ello me parece lamentable tanto la venta de su identidad por parte del director como el cuestionable criterio de la meca del cine por fijarse tanto en esta obra que, sin ser sonrojante, no demuestra un gran talento de Bertolucci en ningún aspecto. Por cierto, si alguien es capaz de explicarme qué tiene de mítica la escena de la mantequilla, que lo haga en cuanto pueda, antes de que pierda totalmente la fe en el criterio de la raza humana.

Ahora, tras tirar abajo mitos, hablaré de una película más reciente que de momento no tiene distribución en el circuito comercial fuera de EE.UU., y que probablemente nunca obtenga. No sería tampoco de extrañar que jamás saliera a la venta fuera de su país de origen viendo el espíritu de la película y la evolución de los Top Ten actuales.


La película nos presenta a dos protagonistas con bastante química entre sí, aunque las escenas que protagonizan no estén a la altura de las expectativasEn este caso se nos narra la historia de una joven de 21 años que llega a Brooklyn para visitar a su amiga Samantha, la cual no la recibe en la estación, por lo que se encuentra totalmente perdida en la ciudad. En esa situación pide indicaciones a un chico que simplemente pasaba por allí, Charlie, con el cual compartirá las próximas 24 horas en una gran experiencia de compartición de sentimientos y experiencias...

...o al menos eso es lo que los guionistas se esperan, y no se les pueden negar ciertos momentos bastante logrados en ese sentido. La pareja protagonista tiene la química suficiente para esas situaciones, aunque a él se le echa en falta algo más de carisma, ya que en ocasiones es totalmente aplastado por ella en pantalla. Dejando de lado el hecho de que por ello la película se sustente mucho más en ella que en él, las situaciones presentadas no resultan tan increíblemente íntimas o profundas como se puede pensar a priori. Hay momentos que por su propia naturaleza resultan incoherentes con lo demás o con la propia actitud de los personajes, como cuando se cuelan en el piso, mientras que otros no funcionan por estar rodados de forma ridícula, siendo el baile el mejor ejemplo de ello.


Tanto la fotografía como la banda sonora de esta obra han sido bastante alabadas, pero no nos engañemos, grabar la puesta o la salida del Sol desde azoteas o tocar un par de notas agradables en el sintetizador no es nada increíbleLos diálogos, por su parte, sí funcionan de forma más constante, aunque no por ello son estupendos. La mayoría en su intento de resultar directos y sencillos para el espectador se vuelven anodinos y sin interés, por lo que no sirven como vehículo de desarrollo o descubrimiento de los dos protagonistas. Sólo valen para recalcar en todo momento la identidad de la película como obra indie, lo que se traduce en justo lo que acabo de describir: escenas de interés dudoso rodadas como si uno las viviera en su casa, con todo tipo de diálogos del día a día y una narración en ocasiones errática, que parece no conducir a ninguna conclusión.

En resumen, nos ofrecen una película eficaz a la hora de transmitir los (sencillos) sentimientos de esos dos protagonistas, pero con una línea narrativa poco trabajada o incluso aburrida en ocasiones. No se puede negar que con el escaso presupuesto del que disponían el resultado es más que digno para ser un debut, pero dista mucho de ser la obra de gran calado emocional de la que tanto han presumido en los festivales. Sólo su plano final, por lograr resumir toda la esencia de la película en un fugaz instante, es digno de ser considerado como tal, pero claro, un plano de menos de un minuto no justifica el relativo desliz de los setenta y siete anteriores.

Imagino que llegados a este punto os preguntaréis qué tienen exactamente en común estos dos films, y también a qué viene ese curioso título. Pues os diré que de ambas películas lo más molesto es su cualidad de arrogantes presumiendo de sus características. La de Bertolucci presume desde el principio al fin de su supuesta profundidad en esa mezcla de drama existencial y desagradable erotismo. Todos sus diálogos e incomprensibles reacciones de los dos protagonistas tienen el propósito de recalcar el supuesto calado de la historia, pero realmente no sirven para ello. Recomiendo claramente The Unbearable Lightness of Being antes que ésta, mucho más profunda y sensual. Quiet City, por su parte, cae en el vicio de regodearse en su condición de peli indie, con todos los defectos habituales de ese “género”, pero elevados al cuadrado, como si fueran claramente un punto a favor, y que simplemente acaban hastiando al espectador. Por tanto tenemos una cinta que presume de sus conclusiones y resultados, y otra que realiza lo mismo con su simple naturaleza, cuando realmente ninguna es para tirar cohetes. Es increíble lo que les gusta a ciertos directores el onanismo cuando el arte consiste en transmitir a los demás y no simplemente en mirarse uno solo al espejo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo que verla ésta, tiene buena pinta.

Un saludo.

Iago

pd: aún tengo aquí muerta de risa "Cuestion de pelotas" en español latino ... xD

Unknown dijo...

¿Por ésta a cuál de las dos te refieres? ¿A la de la mantequilla?

Se que está un poco fuera de lugar, pero lo de fardar de ser una cosa que en realidad no es positiva ojalá se diese sólo en películas. XD

De todas formas, la historia de la película "indie" ésa tiene potencial, podría ser interesante, a fin de cuentas tengo un gusto extraño...

eDen dijo...

Por supuesto me refiero a la del Último tango en Paris xD.

Anikaa dijo...

¡Hola!

Hace mil años que estoy un poco apartada de la vidilla bloggera, con lo cual acabo de ver ahora la nueva imagen. Me gusta mucho :) Feliz año!