- Una película de los Teleñecos, con un villano al estilo del Juez Doom (Christopher Lloyd) en ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (Robert Zemeckis, 1986).
- Y si no , nos enfadamos (Marcello Fondato, 1974), con Bud Spencer y Terence Hill
- Arma letal (Richard Donner, 1987)
- Robocop (Paul Verhoeven, 1987)
Esos títulos, por orden cronológico en mi memoria, son los primeros que recuerdo haber visto en una pantalla de cine.
La primera, no recuerdo su título, pero sí recuerdo la estupenda sensación con la que me quedé y el miedo que el malo de la película provocaba en mí. Respecto a la segunda, me divertí una barbaridad viéndola. Cómo no se va a divertir uno viendo a Bud Spencer dar mamporros a diestro y siniestro con la ayuda de su inseparable colega Terence Hill. En cuanto a la tercera, estaba calificada para mayores de 18 años y yo aún, lógicamente, no los tenía, por tanto temí que no me dejaran pasar pero no hubo ningún problema gracias al señor taquillero, que no dejó escapar la ocasión para ganar un dinerillo gracias a un espectador más. Y la última de las mencionadas, aparte de seguir pareciéndome una joya de los años ochenta, me dejó maravillado con qué tipo de cosas se podía uno encontrar en las películas… ¡Un policía moribundo es transformado en robot!
Esas películas supongo que fueron la chispa que encendió en mí la curiosidad por ver películas y más películas, dándome cuenta, además, de que si se veían en pantalla grande merecían aún mucho más la pena…
Organismos cibernéticos que viajan en el tiempo, niños que no quieren crecer y que luchan contra piratas que temen a los cocodrilos y al Tiempo, dinosaurios revividos, quinquis del barrio chino de Barcelona, Drácula enamorado… Evidentemente si me pongo a recordar tantas cosas, tantos personajes, tantos viajes que pude realizar durante los años siguientes a aquellas primeras proyecciones (y que sigo realizando), no acabaría nunca. Por tanto, si tuviera que buscar una respuesta a eso de por qué me gusta el Cine, o qué sensaciones provoca en mí, supongo que ya lo he respondido: me hace viajar, conocer nuevos personajes e historias, sentirme identificado con ellos… me entretiene, al fin y al cabo.
Todo eso, unido a que el Zinemaldi – Festival Internacional de Cine de San Sebastián, me pilla muy cerca, hace que mi pasión por el Cine, de la que me siento realmente orgulloso, no hace sino aumentar.
Y que no pare.
- Y si no , nos enfadamos (Marcello Fondato, 1974), con Bud Spencer y Terence Hill
- Arma letal (Richard Donner, 1987)
- Robocop (Paul Verhoeven, 1987)
Esos títulos, por orden cronológico en mi memoria, son los primeros que recuerdo haber visto en una pantalla de cine.
La primera, no recuerdo su título, pero sí recuerdo la estupenda sensación con la que me quedé y el miedo que el malo de la película provocaba en mí. Respecto a la segunda, me divertí una barbaridad viéndola. Cómo no se va a divertir uno viendo a Bud Spencer dar mamporros a diestro y siniestro con la ayuda de su inseparable colega Terence Hill. En cuanto a la tercera, estaba calificada para mayores de 18 años y yo aún, lógicamente, no los tenía, por tanto temí que no me dejaran pasar pero no hubo ningún problema gracias al señor taquillero, que no dejó escapar la ocasión para ganar un dinerillo gracias a un espectador más. Y la última de las mencionadas, aparte de seguir pareciéndome una joya de los años ochenta, me dejó maravillado con qué tipo de cosas se podía uno encontrar en las películas… ¡Un policía moribundo es transformado en robot!
Esas películas supongo que fueron la chispa que encendió en mí la curiosidad por ver películas y más películas, dándome cuenta, además, de que si se veían en pantalla grande merecían aún mucho más la pena…
Organismos cibernéticos que viajan en el tiempo, niños que no quieren crecer y que luchan contra piratas que temen a los cocodrilos y al Tiempo, dinosaurios revividos, quinquis del barrio chino de Barcelona, Drácula enamorado… Evidentemente si me pongo a recordar tantas cosas, tantos personajes, tantos viajes que pude realizar durante los años siguientes a aquellas primeras proyecciones (y que sigo realizando), no acabaría nunca. Por tanto, si tuviera que buscar una respuesta a eso de por qué me gusta el Cine, o qué sensaciones provoca en mí, supongo que ya lo he respondido: me hace viajar, conocer nuevos personajes e historias, sentirme identificado con ellos… me entretiene, al fin y al cabo.
Todo eso, unido a que el Zinemaldi – Festival Internacional de Cine de San Sebastián, me pilla muy cerca, hace que mi pasión por el Cine, de la que me siento realmente orgulloso, no hace sino aumentar.
Y que no pare.
Jon. R. R.
Con este texto quiero dar la bienvenida a mi nuevo colaborador, Jon R. R., que seguro amenizará las entradas de este blog mucho más de lo que yo he logrado. Es un honor poder leerte aquí, Jon, y no dejes de lado tu magnífico blog, ¡A txiflar! ;). Estaremos todos atentos a sus entradas, que seguro nos encantarán, y serán más dinámicas que las mías.
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